miércoles, 12 de marzo de 2014

CINE Y LITERATURA: Sobre "DETRÁS DE LA PUERTA" de István Szabó y "EN LA CASA" de Francois Ozón

DOS ESTRENOS

"Detrás de la Puerta" y  "En la Casa" tienen algo en común. Ambas tratan sobre cómo escribir una novela que necesariamente se nutre de la vida que viven sus propios escritores. La diferencia está en  los resultados logrados.

"Detrás de la Puerta" me decepcionó. Muy bien actuada por Helen Mirren, la película interesa pero no llega a cuajar. Hay claras fallas de guión y eso resiente la fluidez narrativa del maestro húngaro, quien supo ganar un Oscar por "Mephisto".

Estamos en Budapest a principios de los años ´60. El país vive en pleno comunismo y se ha convertido en un satélite europeo de la Unión Soviética. La sociedad continua dividida. Hay quienes reciben los favores del Estado, y aquellos que siguen sufriendo las consecuencias de la 2da guerra.


Szabó, en una puesta casi teatral, localiza la acción en un barrio de las afueras de Budapest. Allí desarrollan sus vidas un matrimonio de intelectuales, Magda y Tibor, ambos dedicados a la enseñanza universitaria, y Emerenc, una extraña mujer que pasa su tiempo fregando ropas viejas y barriendo hojas secas o nieve acumulada en la vereda. Magda quiere ser escritora. Para ello, decide dejar sus cátedras y dedicarse a escribir. Por lo tanto, necesita que alguien la ayude en las tares del hogar. Para eso llama y contrata Emerenc. A partir de allí, la acción se concentrará en los sucesivos cruces de ambas mujeres. 

Szabó trata de evitar las obviedades del enfrentamiento social, y para ello, focaliza las acciones en los objetivos de cada una de ellas. Magda quiere terminar su libro, y Emerenc pareciera pretender superar su misterioso pasado. Al principio de la película, la relación entre ambas se presenta como un permanente enfrentamiento. Pero a medida que la película avanza, dicha relación cambia en una especie de metamorfosis a través de la cual se establece una nueva relación del tipo madre-hija, para finalmente, generar otra vuelta de tuerca, donde la relación ya no parece ser real sino ficticia, colocando a Emerenc como una fuente de inspiración para el personaje central de la novela que Magda está escribiendo. Todo ello hace que la fluidez del relato comience a resentirse confundiendo al espectador, el cual pierde el hilo de lo que está sucediendo, y empieza a colmarse de preguntas. Emerenc es un personaje de la vida real o es solo el personaje que ha creado Magda para su novela? Son Magda y Emerenc personajes antagónicos, que expresan realidades sociales diferentes en un país igualado por el comunismo? Por qué las reacciones de Emerenc son siempre de rechazo a Magda? Es Emerenc una vieja antisemita o es una salvadora de judíos? Magda es una gran escritora o solo recibe los favores del gobierno? La enfermedad de Tibor, es real o solo quiere enfatizar en la debilidad del marido? Es acaso la pretendida superioridad de Emerenc la fuerza del Estado comunista o son las reacciones propias de la represión?

Tantos son los contrasentidos que plantea, tantas son las insinuaciones que terminan en la nada,  que el film de Szabó termine naufragando en el tedio. Hay películas que han planteado lo mismo con mucha mayor simpleza y efectividad, como el caso de "La Vida de los Otros", aquella película alemana de 2006 donde también trabajaba Martina Gedeck (Magda).


Todo lo contrario me pareció "En la Casa", del director francés Francois Ozón. Basada en una obra teatral de Juan Mayorga, ambos trabajan en su adaptación cinematográfica y consiguen darle el suficiente aire fresco que les permite lograr una película espléndida, clara y contundente respecto de sus aspiraciones, y sobre todo, cinematográficamente, muy entretenida.

El film es una típica comedia francesa en la cual sus dos personajes centrales son Germain, un profesor de Francés, y Claude García, un alumno aventajado de su materia, en una escuela pública de Paris. 

Germaín tiene alrededor de 60 años, está casado con Jeanne, una curadora de arte casi en bancarrota,  y vive una vida bastante aburrida que de repente es alterada durante un fin de semana mientras corrige unas redacciones que ha pedido a sus alumnos del del colegio durante un fin de semana. Es que uno de los escritos, el que ha firmado Claude supera largamente al del resto de sus compañeros, saliendo de la mediocridad y desinterés general por la materia que  expresa al resto.
Pero la vida de Germaín se verá alterada más allá de las bondades de la
 escritura. Porque no solo impacta la calidad de los escrito sino lo que Claude relata: un fin de semana en la casa de Rafa, un compañero de escuela, a quien le ha estado enseñando matemáticas. Claro está que no solo ha enseñado matemáticas, sino que ha comenzado a meterse de lleno en la vida de la familia, y engancha a su profesor con un misterioso "continuará…"

Germaín se interesa por la redacción, observa que su alumno tiene dotes de escritor, y comienza  alentarlo a que continúe con su obra. A lo cual, Claude accede dócilmente. Pero, las incursiones de Claude en la casa de Rafa comienzan a ser cada vez más frecuentes y atrevidas, lo cual apasiona a Germaín, y terminará por transformarlo en un cómplice de sus andanzas más que en su mentor. Claude trastocará la vida de todos, pero especialmente la de Germaín, que  ya no será el guía de la novela de su alumno sino su propio protagonista transformando al profesor en el personaje central de un trabajo de redacción para el fin de semana.

Ozón cuenta esto a toda velocidad, sin ataduras ni prejuicios, logrando ese tono superfluo y ligero de las grandes comedias francesas, y a la par que desarrolla una aguda capacidad de observación social. Este logro se debe al mantenimiento del punto de vista. Ello es la mirada de Claude vuelta escritura, la de un chico de clase baja, inteligente y de enorme talento narrativo, quien observando a su alrededor, genera una interesante crítica social sobre cierta clase media acomodada. No casualmente Ozón cita en la película a Pier Paolo Passolini, el talentoso poeta y director italiano que entre otras películas famosas dirigió "Teorema", en la cual, un extraño personaje aparecía de repente en una casa y seducía sexualmente a todos los miembros de una familia de la alta burguesía, a la cual corrompía. En aquel entonces (1968),  "Teorema" se veía como una enorme critica a la burguesía italiana de posguerra. "En la Casa", sin llegar a los extremos de Teorema, se observa a la familia de principios de siglo, su vaciedad, su materialismo, su tremenda fragilidad, la endeblez de los vínculos sociales, la falta de fidelidad y la facilidad de corrupción que se vive en nuestro tiempo. "En la Casa" no es "La Gran Belleza", pero sin proponérselo, Ozón logra enviarnos un mensaje parecido, y nos ofrece una de sus mejores películas de su vasta trayectoria.

miércoles, 5 de marzo de 2014

PHILOMENA de Stephen Frears - DALLAS BUYERS CLUB de Jean-Marc Válle

A PROPOSITO DE "PHILOMENA LEE" Y "RON WOODROOF"

Dos películas basadas en hechos y personajes reales, llaman mi atención por su cuidada elaboración, su capacidad para eludir el folletín, evadir el melodramatismo y convertirse en dos piezas capaces de apelar a nuestra inteligencia y provocar nuestra reflexión.


"Philomena" es una película "chiquita pero rendidora", que funciona por los 4 costados. Primero, porque tiene un guión de hierro del propio actor Steve Coogan, que nunca cae en el lugar común ni mucho menos en el melodramatismo. Segundo, porque la dirige alguien con mucha experiencia, Stephen Frears, un inglés que sabe hacer cine y lo hace en ambas orillas del Atlántico, pero se luce más cuando filma en la capital del viejo imperio, dado que está en su casa y se le respeta mucho más su libertad creativa. Frears es un director austero, típicamente inglés, que sabe ir al grano de la cuestión y no se distrae en banalidades. Tercero, porque su actriz principal es una de las mejores actrices del mundo y es capaz de expresarlo todo. Estoy hablando de Judi Dench. Todos juntos,
llevan adelante este melodrama equilibrado. Y cuarto, porque hacia la mitad de la película, se hace el giro justo dejando atrás el género, metiéndose en las consecuencias de lo pasado, y especialmente, dirigiéndose al "perdón", esa condición capaz de hacer cesar nuestra ira o indignación y evitar continuar con el odio ancestral o la cadena de venganzas. El perdón aparece como una necesaria condición para lograr no solo la paz espiritual del individuo, sino también la paz social. De esta forma, "Philomena" se hace grande como película y en lugar del gusto amargo producto de los lamentables sucesos que relata, nos deja un espacio abierto para la reflexión.

Con "Club de Compradores de Dallas" ocurre algo similar. Estamos a principios de los ´80 cuando todavía pocos sabían de qué se trataba el SIDA. Pero la película, lejos de elegir el melodrama, elige un tono de comedia sarcástica, y se transforma en un gran discurso en contra de la manipulación espuria de los negocios farmacéuticos y un alegato sobre el avasallamiento del Estado sobre los derechos del individuo sobre su libertad de elección.


La película se inicia con un tipo al cual le diagnostican la enfermedad, pero el film hace foco en la situación real que se vivió en aquella época donde la epidemia aparece como algo desconocido para médicos y laboratorios, haciendo estragos en la población, particularmente gay. Esta situación se agrava y avanza como consecuencia de la negligencia, desconocimiento o manejos burocráticos, del Estado, quien no autorizaba drogas potencialmente aptas para combatir la enfermedad por no estar probadas y en cambio permitía el manejo inescrupuloso de laboratorios que desarrollaban, probaban y registraban drogas de dudosa eficacia, que podían venderse a precios exorbitantes con la debida receta, a los enfermos tratados en determinados nosocomios, todo ellos debidamente aceitados por cadenas de coimas y favores.

 Bien narrada por el canadiense Jean Marc Vallé, soberbiamente actuada por Matthew Mc Conaughey y Jared Leto, este film termina de convencerme de que el cine americano está un "alza" sostenida y corrobora que esta última carrera por los premios Oscar ha sido una de la mejores de los últimos 10 años por la variedad y calidad de las propuestas cinematográficas vistas.