La Noche
Estrellada
"Mirar
las estrellas siempre me hace soñar, dijo Van Gogh. Y se preguntaba, porqué los puntos brillantes
del cielo no serían tan accesibles como los puntos negros del mapa de Francia?"
Cuando uno
llega al cine para ver "Magia a la Luz de la Luna", la nueva película
de Woody Allen, lo primero que ve es el afiche donde la pintura de
Van Gogh "El Cielo Nocturno" hace fondo de los actores principales. El
cuadro de Van Gogh no se volverá a ver en toda la película. Pero si ese cielo
nocturno ilumina un campo de energía tumultuosa, no hay duda que Woody lo debe
haber visto una y mil veces para inspirarse y sentarse a escribir esta película.
El film de
Woody Allen, ya desde el titulo, se encuadra dentro de sus comedias mágicas, aquello que lo
sobrenatural o lo aleatorio del juego, finalmente explican lo inexplicable o le
dan sentido a las cosas.
La trama
sencilla y vertiginosa, tiene como protagonista a un ilusionista inglés, que
disfrazado de chino, realiza circenses actos de magia. Stanley, papel que tiene
a cargo el actor inglés Colin Firth, es el nuevo alter ego del propio Woody
Allen transportado a la Inglaterra y más tarde a la Costa Azul de los años 20,
donde transcurre la mayor parte del película. Como todo ilusionista, no cree en
los milagros. El tipo es un especialista, un perfeccionista que conoce todos
los secretos del oficio. Sus trucos son
actos de magia perfectamente estudiados, por lo tanto, hace de su vida un show
del engaño. Miles de personas salen de ver su espectáculo creyendo que la magia
vista no es otra cosa que la realidad misma. El público acepta el engaño. Es
parte del juego.
Lo que
sigue es una puesta a prueba. El juego del espía espiado, en este caso, del
mago engañado. Aparece una médium, como en "Alice" o como el hipnotizador de "El Escorpión de Jade", que se dice capaz de comunicarse con el más allá. Pero
claro, si Nietzsche ha afirmado que "Dios ha muerto", cómo puede
haber el tal "más allá".
El resto
del film no lo voy a contar. Si voy a decir que Magia a la Luz de la
Luna", es un auténtico film de Allen. No está
entre su mejores ni entre sus peores películas. Es un film "mediano",
que tiene la contra de haber sido realizado después de una de sus grandes obras
maestras (Blue Jasmine). Tiene todo su humor, una trama que se sigue con
interés, un final bastante predecible, grandes actuaciones, una muy buena
puesta en escena, una hermosa banda sonora repleta de jazz de los años 20 perfectamente
sincronizada con la acción que acompaña, y un par de actuaciones excelentes,
entre los cuales se cuenta su nueva musa inspiradora, la inglesita Antonia
Clarke, de 18 años de edad, vista antes en la versión cinematográfica de "los
Miserables", que ahora tiene la oportunidad, y no la desaprovecha, de mostrar todo su gran talento, tanto para
la comedia, como para calzarse los
zapatos de una auténtica "femme fatale", ingenua y manipuladora a la
vez.
Allen nunca
defrauda. Parece más de lo mismo, pero siempre se las arregla para que no lo
sea.
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