miércoles, 28 de enero de 2015

WHIPLASH de Damien Chazelle





EL TRIUNFO DE LA VOLUNTAD

Whiplash es un raro exponente del nuevo cine americano. Si bien se inscribe con comodidad en un subgénero  derivado del musical, que no sería otro que el de  las sagas de "las escuelas de … " (Fama, Flashdance; Bailamos; El Cisne Negro, Escuela de Rock, etc), lo cierto es que el film todo funciona con el nervio del policial setentista más puro: picos de suspenso seguido por momentos de la acción violenta (Bulllit, Harry, El Sucio) transformando al film en una montaña rusa de sensaciones y emociones  diversas. Y al igual que aquellos films, la música de jazz, juega un rol clave en el subrayado de la acción. Eso la convierte en una película sumamente interesante, más allá que sus dos personajes protagónicos (Andrew, el estudiante de batería  y Fletcher, el maestro director de orquesta), sean verdaderamente  antológicos y por si mismos, podrían sostener sin dificultad una trama confrontativa de características teatrales.


Ni el estudiante ni el maestro de música son personajes convencionales. Andrew sabe lo que quiere y sabe muy bien dónde llegar. La música, y la batería en particular, es su pasión. Tiene una vocación definida. Está convencido que su rol en la vida es ser baterista de jazz y no quiere ser uno más. Esa cualidad es intuida desde el principio por el maestro Fletcher, al que solo le bastan unos pocos minutos de observación en una solitaria sala de ensayos de la escuela. Fletcher huele el talento, pero sabe que ese talento no se desarrolla solo sino con horas de ensayo y disciplina. El talento está pero hay que extraerlo. Una idea socrática en estado puro. Fletcher está dispuesto a sacarlo.

Una egolatría profunda  y un carácter ciertamente irascible, son las armas favoritas de Fletcher, quien inmediatamente llama a Andrew para forma parte de la orquesta de la escuela y lo desafía a ganarse un lugar preponderante en ella. Lo que seguirá será una especie de martirio donde claramente queda expuesto que solo los perseverantes, aquellos que están dispuestos al sufrimiento y al sacrificio, son los que llegan. Fletcher, como maestro y director de la orquesta, es un dictador absoluto, un déspota y tirano cuyos métodos van desde el grito a la humillación, recorriendo toda la escala de improperios y agresiones posibles hacia sus alumnos. La peligrosidad de su método es la manipulación (recordar el excelente film alemán "La Ola" de Denis Gansel). Y Fletcher es un manipulador nato. No obstante , su trabajo es la búsqueda de la perfección. Pedagógicamente cuestionable, trabaja incansablemente en la provocación del individuo buscando una reacción que más allá de la ira, es encontrar la fuerza que impide la claudicación. Fletcher no tiene en sus manos simples estudiantes de música sino potenciales genios musicales, jóvenes altamente talentosos que están llamados a destacarse en la ejecución de cada uno de los instrumentos que tocan.

No obstante ello, cabe preguntarse porqué la película enfoca solo la relación Fletcher/Andrew cuando las premisas expuestas son aplicable a toda la orquesta y a cada uno de sus miembros, todos estudiantes igualmente talentosos en la ejecución de sus instrumentos. En el cine americano, la confrontación individual tiene más potencia. Desde un punto de vista social, la sociedad americana está basada en el desarrollo del individuo como nervio motor de la misma. Fletcher transmite la idea que la orquesta no es otra cosa que la suma de sus individualidades.
La película tiende a caerse hacia el final cuando el director y guionista Damien Chazelle decide airearla, es decir, salir de la sala de ensayo y tomar la calle. Hasta ese momento, el film ha funcionado como una obra de cámara cuyo encierro ha generado una atmósfera opresiva de "olla a presión". Sabemos que la acción conducirá a una inexorable explosión pero no sabemos cuándo ni de qué forma. Lamentablemente, dicho  aireamiento, provoca un giro más o menos artificioso que deteriora esa atmosfera de presión creada desde el principio. La película se cae, se desinfla. No obstante, salvando alguna contradicción, el final en el auditorium vuelve las cosas a su lugar, el director retoma el ritmo del film, y llega a un final convencional pero aceptable.

Whiplash, tan manipuladora como el propio Maestro Fletcher, tiene, además, otros meritos: es una película interesante y sobre todo, entretenida. Hay que destacar, además,  que toda la música que se escucha en el film es un deleite para los oídos de los amantes del jazz moderno. Y por otro lado, las actuaciones de Miles Teller, y  especialmente, la de J.K. Simmons en el rol de Fletcher, son estupendas.



lunes, 26 de enero de 2015

AMERICAN SNIPER de Clint Eastwood



EL PERRO PASTOR

Cuanto más añejo, mejor, diríamos si se tratase de una bebida espirituosa. La cuestión, es que el Viejo Clint, hace fácil lo difícil, interpreta a su manera un libro semi autobiográfico, reflexiona sobre la vida del autor, y finalmente logra un impresionante fresco sobre el modo de ser americano que lo vuelca en imágenes con una maestría absoluta.

Cuando el film se inicia, un francotirador hace una barrida con su mira y observa un movimiento extraño en un terraza. A continuación baja la mira, y ve a una mujer con un niño, que salen a la calle. La mujer parece portar un arma. Es una bomba que entrega al niño. El niño queda en la mira del francotirador. Un close up cierra en negro, la narración regresa 20 años atrás, se abre un bosque donde corretea un niño con un rifle acompañado seguramente de su padre. El niño ve un siervo, apunta y pega. El animal cae herido de muerte. En la siguiente escena, los niños están escuchando a un predicador evangelista en su iglesia, quien les dice que diariamente obramos y nos sometemos al juicio de los demás,  y a continuación, toda la familia  está reunida en torno a la mesa tomando la cena. Allí el padre les explica que hay 3 clases de personas, las ovejas, los lobos, y los perros pastores. Les dice también que algunas personas creen que no existe el mal en el mundo. Esas personas son las ovejas, las que no saben cómo protegerse a sí mismas. Después, están los lobos, los malvados, que maltratan a los débiles. Y finalmente, para equilibrar, aparecen los perros pastores, que surgen  de la necesidad de equilibrar y ayudar a los débiles. El padre define a su familia como una familia de perros pastores, han nacido para cuidar de los demás, y sobre todo, cuidarse entre ellos. Después sobrevendrá el fatídico 11 de setiembre de 2001, marcando un inexorable antes y después. Los Estados Unidos, por primera vez en la historia, son atacados en su propio territorio.

El resto del film, guiado por estos principios y acontecimientos, será una exposición donde tanto el personaje central, un soldado que pelea la guerra de Afganistán (un ¨no lugar¨¨o ¨la nada"), como el propio ejército de los Estados Unidos,  guiados por el espíritu del Perro Pastor, pelearán una guerra lejana e impersonal, donde los malos son solamente eso, maldad, y los buenos, tratarán de redimir y poner las cosas en su lugar.

Pero el Viejo Clint, a esta altura del partido,  no es tan zonzo como para quedarse en la epidermis de la cuestión. Se adentra en el personaje, lo sigue por todos lados, y comienza a hundirlo en sus propias convicciones demostrando que todo en lo que se va metiendo (carrera militar, amor,  casamiento, continuas idas y vueltas a Medio Oriente, nacimiento y crianza de los  hijos) es un circulo vicioso de violencia absolutamente inconducente, donde la "nada  kiergardiana" se va apoderando de él, especialmente cuando toma conciencia de su propia falibilidad, hasta acorralarlo en la más absurda de las situaciones, y hacerlo morir en manos de alguien a quien pretendía ayudar.

Absolutamente lúcido a los 84 años, Eastwood logra otra de sus grandes obras maestras y uno de sus films más humanistas. Apoyado en su grandes planos generales acompañados de extraordinarios primeros planos, un montaje perfecto y un sonido verdaderamente espectacular, sentimos la violencia  y nos hace sentir asco de ella. Lejos está Eastwood de cuestionar la intervención americana en Oriente Medio, o de realizar un film pacifista. Por el contrario, su interés parece querer focalizarse en las conductas individuales, generalizar a partir de ellas, y tratar de explicar el porqué de ciertos sentimientos y sobretodo, conductas americanas. Eastwood no aprueba ni desaprueba ni emite juicios de valor. Simplemente, parece querer decirnos: "asi somos nosotros", perros pastores. Ese es nuestro destino como país. A veces nos toca matar, y otras veces, nos toca morir. La vida suele parecer un absurdo que solo encuentra respuesta en nuestras creencias. Pero también deja en evidencia que toda situación bélica degrada la humanidad del combatiente.

Punto y aparte, la actuación de Bradley Cooper, aquí también productor del film, es para tener en cuenta.


sábado, 24 de enero de 2015

DE TAL PADRE, TAL HIJO de Hirokazu Kore-Eda

EL DESCUBRIMIENTO DEL UNO



Un nuevo notable film de Kore_Eda, ganador del premio mayor de Cannes 2013 (en 1998 había ganado nuestro BAFICI por "After Life"), que vuelve a exponer sobre la modificación de las relaciones familiares después de que alguno de sus miembros, o todos como en este caso, sufren  hechos traumáticos que modifican abruptamente sus vidas. En este caso, los protagonistas son dos parejas de padres que  se ven consternados ante la noticia que los hijos que están criando no son suyos debido a un error administrativo del hospital en el que nacieron. Las consecuencia de ello, no solo afecta a dichos padres sino a la familia toda. El film de Kore-Eda es de un compendio de delicadeza donde,  como siempre en él, lo afectivo y lo racional encuentran un equilibrio en el cual relaciones afectivas y decisiones racionales logran compatibilizar sin herir los sentimientos ni llegar a transgredir las leyes humanas.
Film inteligente, narrado con ritmo sostenido,  bien actuado, describe el ir y venir de esas dos familias disimiles tanto en sus personalidades como en sus niveles económicos y educativos, pero siempre dispuestas a encontrar una solución que no afecte las relaciones establecidas. El film nos habla de la importancia del dialogo, del saber escuchar, del encuentro, de la conciliación, del pensar en el otro, del solucionar sin dividir. De Tal Padre, Tal Hijo es el descubrimiento de uno mismo tratando de no dejar de  ser para que el otro sea, de crecer como persona y asumir responsabilidad. Una maravilla.