martes, 31 de marzo de 2015

PHOENIX de Christian Petzold





EL RECUPERO DE LA IDENTIDAD

Christian Petzold es un viejo conocido de estas páginas. En octubre del 2013 habíamos visto "Bárbara", y ya decíamos que era su obra consagratoria. Ahora llega Ave Fénix y solo podemos decir que es su obra maestra, un film perfecto.

Petzold es un director hithcockiano, y dada su naturaleza, no filma si no tiene un guión de hierro. Pues aquí lo tiene, y no lo desaprovecha. Al contrario, le saca lustre.

Acaba de terminar la 2da guerra mundial en Alemania. Berlín yace en ruinas y militarizada como está, solo da lugar a encuentros nocturnos en bares dominados por los soldados americanos. Hasta allí llega Nelly Lenz, una judía alemana, que acaba de sufrir una operación estética para recuperar su cara después de recibir una balazo que le desfiguró el rostro en un campo de concentración. Nelly no busca diversión, sólo busca a su marido. Un músico que también lo ha perdido todo, hasta la vergüenza, que ya no toca música sino que apenas vive de las moneda que recibe como mozo del Phoenix, el bar en el que trabaja. Al principio, el film parece abrevar en el melodrama, pero Petzold abandona rápidamente el género porque  prefiere el suspenso, mantenerse fiel a Hitchcock y posiblemente inspirado en "Vertigo", elige narrar la historia de alguien,  un misterio hecho mujer,  una judía desfigurada por la guerra y alguna vez dada por muerta, que ahora, como viniendo de entre los muertos parece, sobretodo, querer recuperar una identidad que le es negada.

En medio de la destrucción de Alemania, y pese a las negaciones y humillaciones recibidas, Nelly Lenz recuperará su cara aunque su cara ya no sea la misma, no aceptará la seguridad de un viaje como refugiada a la Palestina porque la Palestina  no es ni será su patria, y si bien encontrará a su marido, lo terminará rechazando por traidor, por ser  aquel que la delató y la envió a los campos de concentración. Nelly Lenz, finalmente, se reencontrará a sí misma. Emergerá con fuerza propia del fondo de las ruinas del Berlín de posguerra. Y en el final de la película, saldrá erguida caminando hacia la pantalla y se perderá otra vez en el misterio de la oscuridad de la sala, pero como el Ave Fenix, habrá renacido de sus propias cenizas. "Phoenix ", la película, es la historia de la recuperación de una identidad, la de Nelly.  Y en las proyecciones que permite hacer el argumento radica lo más interesante de este film. El problema de la recuperación de identidad de Nelly no es solo la de una persona, sino que es la búsqueda de la identidad de toda una nación, la de la Alemania destruida por la guerra, la de un pueblo  necesitado de levantarse de sus propias ruinas, las materiales y las morales. Lo que plantea la película  es que para reconstruir a Alemania, para que el país pudiera curarse  definitivamente de su pasado bochornoso,  tendrá que abrirse a todo, a los credos, a las razas, al universalismo que negó el nacionalsocialismo. Visto de esta manera, el nuevo film de Petzold, excelentemente narrado y con un discurso claro que emerge como una reflexión sobre el pasado que permite interpretar los problemas de presente,  adquiere una altura y una dimensión que lo coloca en forma instantánea  a nivel de nuevo clásico.


A esta altura volver a decir que la actuación de Nina Hoss, la actriz preferida de Petzold , es extraordinaria, obviamente es repetirnos. No obstante ello, Nina no hace más que rendir tributo con su actuación a  un film que merece una actuación hegemónica como la ella. Otro acierto de Petzold es la elección de la banda sonora, que acompaña con un jazz pesado muy de la época la música de fondo, y sobretodo eligiendo un gran tema de Kurt Well, como lo es "Low Voice",  como principal tema musical  del film.

No hay comentarios:

Publicar un comentario