miércoles, 1 de abril de 2015

MOMMY de Xavier Dolan






"Amar a una persona no la salva. El amor aquí no cuenta. Por desgracia." (dialogo del film)

Dura, durísima, y verdaderamente notable por su rigurosidad dramática es esta nueva película de Xavier Dolan, el nuevo "niño  terrible" del cine canadiense francés que, además, con solo 26 años y con  mucha justicia, se alzó con la palma del Premio del Jurado en el último Festival de Cine de Cannes 2014, el más importante del mundo.

Escritor y director de cine, con 5 largometrajes en su haber, su cine es altamente cuestionador de la institución familiar, y de la relación madre-hijo en particular, y de la impotencia de la contención familiar cuando cuadros de enfermedad mental se presentan a temprana edad en niños y adolescentes.

Mommy es una película seca, directa, bien escrita, estupendamente  dirigida. Dolan hace uso de recursos sonoros y visuales en forma balanceada logrando siempre que éstos estén al servicio de la  estructura  narrativa, enfatizándola adecuadamente. En la banda de sonido, los crescendos de la acción son subrayados por una elevación de los sonidos ambientales o de la misma música que utiliza. La abundancia de primeros planos (es una película prácticamente narrada en primer plano) son soportados por una imagen cuadrada que no permite más que remarcar las formas gestuales y el lucimiento de los actores. Su guión, implementado en forma teatral, es un mecanismo tan preciso como si fuera de relojería, que le permite desarrollar un crescendo que no es otra cosa que la agudización de la enfermedad de Steve, el hijo.  La acción podría ocurrir íntegramente en interiores, pero las libertades que Dolan se toma son siempre orientadas a airear la película y permitir que el espectador recupere su aliento para que pueda seguir tolerando el cuadro de desintegración familiar que le presenta. En esos momentos, amplia la imagen y la pantalla se vuelve ancha. Los personajes se sienten libres y disfrutan de la vida. Son muy pocos esos momentos. Pero esos son momentos de felicidad y dicha en estado puro. Pero enseguida se vuelve al encierro, a la casa, al auto, a espacio cerrado, a la represión donde vive el conflicto.

En el film hay un padre ausente. Murió a los tres años de nacer Steve, el personaje central de la película, un adolescente que transita desordenes varios que van desde el "Déficit de Atención e hiperactividad " al "Trastorno de Oposición Desafiante", cuadros de alteración metal que lo vuelven inestable y violento. Cuando el film comienza, Die, su madre, consigue sacarlo de un nosocomio donde está internado y llevarlo a su casa bajo su tenencia. Allí recibe de una enfermera la frase de advertencia que inicia este comentario. Al día siguiente, Die pierde el empleo. O sea, desempleo y enfermedad de un hijo, la golpean de entrada. No obstante ello, de  las conductas de Die también podemos inferir que ella misma también es una mujer alterada, no solo por lo que en la vida le tocado en suerte, sino básicamente porque ella también muestra síntomas de hiperactividad manifiesta. El film no da datos acerca de ello, Probablemente, ella también sufra alguna enfermedad de tipo nerviosa. El cuadro se cerrará con la aparición de una vecina (Kyla) que acude a su ayuda. Kyla viene del Canadá de habla inglesa, no domina el francés, y está transcurriendo un año sabático a raíz de algo que también desconocemos pero que bien pudiera ser un ACV. Kyla tiene claras dificultades para expresarse con su habla, pero claramente, ocupará el papel del padre muerto, y siendo maestra de escuela, ayudará a Steve a recuperar sus estudios perdidos como consecuencia  de la internación a que fue sometido.

La película entrará a girar en forma centrífuga cada vez con más violencia, sobre todo verbal, pero paradójicamente, mostrando el afianzamiento de esa "nueva familia" nacida de la desigualdad y de la "necesidad del  otro". Es extraordinaria la capacidad de Dolan para administrar sus medios narrativos y generar momentos verdaderamente conmovedores, muestras del amor más profundo en medio de tanta soledad y tanta  violencia.

Descripción de un cuadro familiar disfuncional asolado por un hijo con síndromes de hiperactividad y explosiones de  violencia, cabe preguntarse acaso si Dolan no solamente está realizando un film hiperrealista, sino una tremenda reflexión acerca de los tiempos que estamos viviendo, unos tiempos donde las disfuncionalidades familiares se multiplican y parecen ser producto de la falta de contención de la propia institución familiar, lo cual ha permitido derivar  a un profundo choque generacional, dentro de un mundo tecnologizado en el cual las relaciones personales se han ido modificando, el encuentro personal  se ha ido perdiendo dando lugar al encuentro virtual a través de los innumerables medios de comunicación  que disponemos, el desempleo se ha instalado como una problemática mundial derivada de el incontenible avance tecnológico que inexorablemente reemplaza al ser humano de los medios de producción,  que el ocio redundante lleva a una vorágine de sexo, drogas  y violencia y que a nivel global, conduce a Occidente a un inevitable choque de civilizaciones dada la inevitable necesidad de globalización.


Mommy merece ser vista. Es una película rigurosamente realizada por un director joven que sin lugar a dudas muestra garra narrativa, innumerables destrezas para la puesta en escena, capacidad para expresarse con realismo, y una habilidad asombrosa para ensamblar los medios audiovisuales de que dispone para ponerlos al servicio de su película. No me quedarían dudas que en caso de tener que encasillar a Xavier Dolan en alguna categoría lo haría dentro del llamado "Cine de Autor". Una mención aparte merece el grupo de los tres actores que lo acompañan. Anne Dorval en el papel de la madre, Suzanne Clément en el de la vecina Kila, y el magistral Antoine-Olivier Pilon como Steve.

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