sábado, 11 de abril de 2015

RAPIDOS Y FURIOSOS 7 de James Wan





"No importa dónde estés... a medio kilómetro de distancia o al otro lado del mundo, siempre estarás conmigo y siempre serás mi hermano." Toretto (Vin Diesel)

Después de la muerte del actor Paul Walker, acaecida en noviembre de 2013,en pleno rodaje del 7mo capítulo de esta serie, muchos fans temieron por la suerte de la película y de la saga. Pero como en el mundo del espectáculo, "the show must go on", a las tragedias hay que oponerse con fortalezas y salir de ellas con voluntad de hierro, y eso es lo que se propusieron lo responsables de la saga y por eso estamos ahora aquí comentando esta película.

La tarea no era fácil. Con Walker muerto y algunas escenas sin filmar, queda claro después de ver la película, que la decisión fue eliminar escenas dramáticas donde podría haber tenido participación el actor fallecido e ir directamente a reforzar la acción donde los dobles y los efectos especiales pueden hacer que la ausencia del actor no se notara. También se decidió que el lanzamiento del nuevo capítulo fuera en 3D. Esto es una decisión visualmente importante porque saca al primer plano de la escena para darle más profundidad de campo a la pantalla. Ello hace menos importante la participación actoral. En consecuencia, la película tornó en un film de pura de acción y facilitó la irreemplazable participación de Walker.

Es posible, no obstante, que estas decisiones, si bien salvaron la película, la desvirtuaron en lo dramático. Porque  si Rápido y Furioso llegó a una 7ma parte fue justamente por diferenciarse de las películas de acción plenas dado que, ante todo, se nutria en las viejas películas de carreras de auto clandestinas de la década del 50 y del 60, e incluso abrevaba en films tan dispares como "Rebelde sin Causa" y  "Vanishing Point", donde los personajes exteriorizaban toda su rebeldía contra el sistema corriendo autos en las típicas picadas de la costa californiana o el desierto de Sonora.

Salvo la escena inicial, en esta 7ma entrega, no queda nada de ello. Las carreras de auto y la rebeldía juvenil se dejan de lado para que nuestros héroes pasen a ser superhéroes totalmente integrados al sistema al servicio de algo asi como una  Agencia de Inteligencia tipo la CIA. Y la incongruencia llega aún más lejos, cuando en la 2da escena, el nuevo malo de la película, Deckard Shaw ( el inglés Jason Statham), aparece en busca de una venganza personal contra el héroe Dom Toretto (Vin Diesel), y lo hace impulsado por el odio que le genera que Toretto le haya pegado una paliza a su hermano que lo ha enviado a un hospital en un coma profundo.

Esta contradicción de la película, ello es narrar una vertiginosa búsqueda donde todos los personajes recorren desde Los Ángeles hasta los Cáucasos, y de allí a Abu Dahbi para volver a L.A. en busca de un sistema de computación llamado "Ojo de Dios", capaz de rastrear a cualquier cosa en cualquier lugar del mundo (lo cual nos instala ante el definitivo fin de la intimidad), dejando de lado el tema principal de la película que es la tremenda venganza que guía a Shaw contra Toretto, tornando al film en un mero pasatiempo de más de 2 horas, a pesar que en todo momento Shaw y Toretto  estén en bandos opuestos y se la tengan jurada.

Lo lamentable es que en esta entrega se ha debilitado la columna emocional que sostenía esas inquebrantables pasiones de los personajes. Toretto ha generado de la amistad una unión familiar, y si en esta última, la venganza de Shaw esta propulsada por el odio que le genera la paliza que Toretto le propinó a su hermano, podemos pensar que las fuerzas de las pasiones siempre han inspirado a los protagonistas. Pero en esta última entrega, esas pasiones son dejadas de lado porque Toretto, aunque animado por la pasión, acuerda con un tal Mr. Nobody  (Kurt Russell) una mutua ayuda para cazar a Shaw pero poniendo como principal objetivo encontrar antes un "pen drive" que poco tiene que ver con los intereses de los protagonistas y que sin embargo llevan a la cuasi destrucción de la ciudad de Los Ángeles, y lo que es peor, la mayor parte del metraje.

Muchos me dirán que Fast and Furious 7 es un simple film de acción y no hay porque buscarle segundas lecturas, pero en realidad, la importancia que Toretto le da a esa familia disfuncional que crea a partir de la amistad es la contracara del odio que  hacia él siente Deckard Shaw. La necesidad de Deckard de vengar a su hermano no es más que un espejo deformante de esa unión familiar que tan cara es a las pretensiones de Toretto, que por otra parte se está transformando a si mismo en una especie de "padrino" al mejor estilo italiano. Ese es el verdadero núcleo del film y ese enfrentamiento es la sustancia dramática que sostiene toda la película que lamentablemente el director James Wan ignora o pasa a un lejano segundo plano de interés.

No obstante, en el final, el lirismo se apodera del film. Sabiendo que Paul Walker ya no estará más con nosotros, su personaje, Brian O´Conner decidirá dejar definitivamente la acción para dedicarse a la familia y un hijo que viene en camino. Dos autos iniciarán un último "rush" y sabremos que su destino se separará literalmente del destino de Toretto, cuando después de una curva, cada cual encare hacia una dirección diferente. Habrá Rápidos y Furiosos 8 ?  

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