miércoles, 19 de agosto de 2015

EL CLAN de Pablo Trapero

DE LA NOCHE MAS OSCURA A LA MISERIA MORAL


1. Trapero. El cine de Trapero me atrapó tempranamente cuando a mediados de los 90 vi su" Mundo Grúa", película con la cual contribuyó a la renovación de un anquilosado cine nacional dando lugar al nacimiento del denominado "nuevo cine argentino". Su carera siempre ha sido ascendente, cada película suya ha significado un paso hacia adelante, ya sea en lo formal como en el contenido de sus propuestas y  la claridad de su discurso fílmico. Trapero no solo ha crecido como guionista sino también como director cinematográfico. Ha logrado que sus historias se desarrollen sin tropiezos y que corran como arroyos cristalinos hasta desembocar en finales interesantes.

2. El cine social. Si tuviéramos que encasillar al cine de Trapero, claramente deberíamos colocarlo dentro de las fronteras del cine social. Sus personajes siempre están contenidos en un medio amplio en el cual se mueven manifestando sus problemáticas, conflictos que van desde los individual a lo plural, y la mayor parte de sus films han retratado como nadie la vida en el conurbano bonaerense. En general, sus personajes, al igual que él mismo, pertenecen a ese medio, y desde ese medio habla y retrata problemas que alcanzan al propio ser nacional.

3. La época y sus cambios. Su cine refleja el tiempo que vive. Normalmente su películas transcurren en el presente, y si no me equivoco, con "El Clan" es la primera vez que se traslada al pasado. A diferencia  de sus películas anteriores, esta vez, el pasado le permitirá reflexionar sobre le presente.  Y considero que en este sentido, no importa tanto la cuestión politica que clara y críticamente retrata en su película sino sus consecuencias, tanto en lo social como en lo individual. "El Clan" es el retrato del deterioro al que ha llegado la institución familiar durante estos últimos 30 años.
La película transcurre en los tempranos años 80, entre fines de la dictadura militar y el advenimiento de la democracia encabezada por el Dr. Alfonsín. La familia Puccio es una familia de "aparente" clase media acomoda que vive en el primer cordón de ese conurbano bonaerense, en la localidad de San Isidro. Este cordón es el de la clase media más acomodada y el más cercano a la Capital Federal. No obstante, detrás de esa apariencia de clase, se esconden miserias que van más allá de económico. Esa miseria escondida es la miseria moral, aquella que aparece como un espantoso legado de la última dictadura militar que gobernó nuestro país durante 7 años entre 1976 y 1983. Es aquella dictadura que hacía transcurrir nuestras vidas bajo un aparente marco de normalidad, pero que paradójicamente hacia desaparecer personas como forma de eliminación de enemigos políticos del régimen, y de elementos capaces de alterar el orden de esa normalidad aparente. La película esboza que el mantenimiento de esa normalidad no hubiera sido posible sin la participación tanto activa como pasiva de la propia civilidad.
 Y allí aparecen Arquímides Puccio y su familia. Una familia que bajo la apariencia de la normalidad esconde en sus entrañas al mismisimo diablo en la figura de Puccio (Francella).  Una familia con roles bien definidos, con  padres rectos y presentes, hijos estudiosos y deportistas, que viven una vida apacible en una casa de barrio, donde los lazos del cariño parecen siempre someterse a la autoridad paternal. Los Puccio son conocidos y en apariencia, están integrados a la sociedad en que viven.
Por otro lado, Arquímides mantiene fuertes lazos personales con militares encargados de la represión. Es indudable que ha trabajado para ellos en estas tareas. Ahora transcurren nuevos y democráticos tiempos. La represión ha cesado y mucha mano de obra ha quedado desocupada. Puccio no hace más que liderar un clan que continua con un trabajo sucio y bastardo. Ya no secuestra presuntos opositores políticos sino vecinos adinerados capaces de pagar un rescate.
Puccio no ha perdido "la discreción" de otrora, y para ello no solo sigue con una par de fieles secuaces, sino que opera básicamente, basándose en la confianza que le inspira su propia familia, apoyándose fundamentalmente en sus hijos mayores. Todos conocen el "modus vivendis" de la familia, por lo tanto, todos son cómplices en el"negocio familiar". Aquí el esbozo de la participación y en consecuencia de la corrupción de la institución familiar comienza a ser evidente en el discurso de Trapero.
Y no hay duda que los cambios sociales ocurridos en aquella época afectaron el rol de la familia en la sociedad moderna. Años de dictadura implicaron años de estado de sitio. Cualquier reunión de más de 4 personas en la calle daba motivo a la detención de personas. En consecuencia, la reclusión hacia la vida familiar, más allá de la carestía de la vida afectada por el fenómeno de una inflación galopante que iría a estallar años más tarde en una hiperinflación, era inexorable. Es decir, la vida social comenzó a disociarse, casi disolverse, dando lugar, primero, a un mayor individualismo y después de la segunda gran crisis ocurrida a fines del 2001, a transformarse en un sálvese quien pueda que coloca a toda la sociedad en un proceso divergente que la empuja hacia un tobogán de corrupción sin precedentes en el país.
La corrupción no es un tema nuevo en Trapero. Lo desarrolló de diferentes maneras en diferentes películas. Aparecía claramente en "El Bonaerense" bajo lo forma de lo policial, se repetía en la extraordinaria "Carancho", donde el tema pegaba por lo judicial y hospitalario, y regresaba  en la fabulosa descripción de las vivencias de ese cura villero que es "Elefante Blanco".  "El Clan", inexorablemente,  lleva a reflexionar sobre el proceso corruptivo que ha arrasado al país durante los últimos 30 años. La corrupción no es otra cosa que la rotura de la moral.

4.Logros del guión, de la dirección, y la utilización de la música. Trapero dirige con mano firme a partir de un guión muy bien elaborado repleto de situaciones eminentemente cinematográficas que le permite nutrirse tanto del cine testimonial a la italiana, como tomar elementos del cine americano de suspenso y de terror. Maneja con maestría tensiones y pausas del relato. Sabe imponer el ritmo cinematográfico que el guión le solicita. Para ello se vale e también de noticieros de la época. El discurso del Dr. Alfonsín al comienzo del film es una añoranza sobre la república perdida. Y un elemento fundamental es la sonorización, donde se vale de una banda de sonido repleta de clásicos americanos que me parecen anteriores a la época que retrata el film pero que sin lugar a dudas constituyen a lograr un  ambiente de irrealidad, como si el film fuera una lujosa comedia que encierra la más grande de las tragedias.

5. La actuación de Francella es prácticamente impecable y sin lugar a dudas es su protagónico más importante de cuantos haya realizado en cine, el resto del elenco esta a su altura, brillando particularmente Peter Lanzani.


 "El Clan" será seguramente, la mejor película argentina del año. Pero más allá de esas predicciones, está la realidad de una muy buena película que despierta el interés por meritos propios respaldados tanto por el interés del tema que plantea como por sus méritos artísticos, un guión muy bien escrito basado en hechos reales, una actuación de un elenco sobresaliente, y la notable dirección de Pablo Trapero, que supo mantener  un delicado equilibrio para que todo esto fuera posible.

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