VIAJE HACIA UNA LUZ INFINITA
No hay duda que hay mucho de personal en este nuevo
film de Moretti. De hecho, él mismo lo ha dicho en las entrevistas que ha dado
en Cannes en mayo pasado con motivo de la presentación internacional de su
film. Es como si el fallecimiento de su madre, acontecimiento único en la vida
de todo hombre, no solo lo hubiera colocado al borde de un abismo emocional muy
grande sino también de una soledad existencial que lo hace emerger a un mundo
nuevo que lo lleva a expresarse con una madurez diferente, aquella que toma
conciencia que la muerte de los padres dejan al hijo sin red protectora alguna
y lo encaminan hacia un nuevo estado donde como persona adquiere una individualidad total y única.
Ese mismo" yo" de Moretti es el protagonista de Mía Madre, un film intimista,
emotivo y personal que pareciera ser la segunda parte de su "Caro
Diario", aquella película de 1993 que lo llevara a la presentación
internacional de su cine. Pero con una gran diferencia, el paseo que propone
ahora no es el paseo exterior por la siesta romana sino un paseo interior por
la confusión de sentimientos que produce el enorme acontecimiento que relata.
Para aproximarse a este viaje existencial, Moretti se
desdobla en dos personajes: una pareja de hermanos. Margarita (Margarita
Buy), y Giovanni (el mismo Moretti).
Margarita asumirá el rol del alter ego de Moretti, una directora de cine que se
encuentra en pleno rodaje de un film durante la convalecencia de su madre. Margarita
es la personalidad inestable que está llena de contradicciones. Es el clásico
personaje frágil e inseguro que caracteriza a Moretti. Al comienzo de la
película corta una relación amorosa que está llevando con un actor posiblemente
algo menor que ella, y al que citará sin sentido alguno a un bar cuando la
película promedia para poder darse
cuenta de algo obvio, es decir, que esa relación es una relación terminada.
Margarita tampoco sabe cómo manejar la convalecencia de su madre. La irrita, la
intranquiliza, le hacen perder el sueño, le traen pesadillas. Sus visitas a la clínica
la ponen nerviosa. Discute con los médicos, con las enfermeras. De la misma
manera, tiene conflictos con su hija, una adolescente en plena rebeldía, pero paradójicamente, logra apoyarse en su ex
marido. Esta sumergida en el rodaje de su nuevo film, una película de contenido
social que narra un conflicto de características laborales. Para mayor
complicación, ha contratado a un actor americano (John Turturro), que es la
esencia del actor puro de Hollywood, un mitómano que dice haber trabajado
durante 3 meses con Kubrick en Londres, que no acierta con ninguna escena y que
en el fondo, lo único que pretende es tener unas buenas vacaciones pagas en
Roma. No obstante, con el productor y con la misma Margarita generan una escena
desopilante, heredera de "Caro Diario", que se trata de un paseo en
auto por la noche romana que termina siendo un enorme homenaje al cine italiano
de los ´60 con Fellini y su "Boccacio" a la cabeza. Por otro lado, la
inseguridad de Margarita está magistralmente expresada cuando como directora de cine les pide a los actores
que sean ellos mismos, que se pongan al lado del personaje, un concepto que
ningún actor ni ella misma logra entender. Pero Moretti no solo se cita a si
mismo ni homenajea al mejor cine italiano, sino que todas las escenas de la
filmación que dirige Margarita remiten también a "La Noche Americana" del querido
François Truffaut, donde se alude a una realidad paralela, a esa, a veces
imposible, separación de la realidad de la fantasía, expresada en ese
desdoblamiento de la realidad que es la realidad recreada en el propio set de
filmación.
Giovanni, su
hermano, por el contrario, es la introspección total: Un solitario,
posiblemente solterón. Cerca de los 60 años, ha pedido una licencia especial en
su trabajo para ocuparse de su madre.
Pero no hay duda de dos cosas. Giovanni ya no quiere trabajar más y solo
desea jubilarse porque lo que más desea es vivir tranquilo. Se ocupa con esmero
de su madre. Habla y entiende a los médicos y enfermeras. Es quien es capaz de
parar la pelota y pensar en la mejor alternativa. Es el buen hermano que
escucha, piensa y toma decisiones. Es también un tipo responsable. Será
él quien decida sacar a su madre del hospital y llevarla a morir
tranquilamente a su casa.
Es en esa casa donde Moretti exaltará la unión
familiar como un valor fundamental de las relaciones sociales. En la vuelta al
hogar de Ada (una extraordinaria actuación de Giulia Lazzarini), pese a lo
inevitable del desenlace, la familia logrará un equilibrio, se pasaran los
últimos momentos al lado de un ser querido y luminoso (la clase de latín de la
abuela a la nieta es memorable por su calidez), y todos alcanzaran la paz tan
deseada sabiendo que han hecho lo mejor que han podido: cuidar y estar al lado
de su madre.
Además del desdoblamiento del personaje, Moretti hace
uso de lo onírico , saliéndose de la realidad como nunca antes lo había hecho.
Margarita despertando de un sueño y encontrando su casa inundada de agua,
Giovanni renunciando a su trabajo en una conversación con su jefe, Margarita soñando con su madre
muerta en una noche dormida en una sala de hospital, son escenas que dibujan
notablemente la interioridad de los personajes, una representación de los
miedos más profundos a lo que inexorablemente los personajes deberán de enfrentarse.
Tal vez el film más profundo y personal de Moretti. Transitado por la
tragicomedia como género, y como ya lo mencionamos, una continuación de "Caro
Diario" en la comedia y de la "La Habitación del Hijo" en lo
dramático, "Mía Madre" es un viaje hacia el alma humana, una gran
catarsis, un tránsito hacia la tranquilidad de consciencia, un film absolutamente sincero y conmovedor que
merece ser visto aunque uno termine con los ojos mojados embargado por la
emoción que este streap tease de sentimientos nos produce.
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