sábado, 5 de septiembre de 2015

EL AGENTE DE CIPOL de Guy Ritchie

LEJOS DE CIPOL, MUY CERCA DE RITCHIE




El agente de Cipol fue una serie americana en blanco y negro que brilló a mediados de los años 60 inspirada en los episodios posbélicos desatados en esos años que se dieron en llamar "la guerra fría", y a la luz del fenómeno de las películas de James Bond, cuyo furor comenzó 3 años antes. Lo curioso del caso es que estos agentes no trabajaban ni para la CIA ni para su majestad inglesa, sino para una secreta organización que se ocultaba tras la fachada de una tintorería en Nueva York y que obviamente estaba al servicio del bien.

La diferencia entre los personajes de la serie y estos nuevos espías de la película son muchas, y posiblemente no vale la pena enumerarlas. Lo que queda claro es que Guy Ritchie, como buen guionista y director que es, hizo su propia película inspirada en aquellos agentes. Por comenzar , ésta es una precuela de aquella serie, es decir, los acontecimientos que narra ocurren antes de la creación de CIPOL, y básicamente relata el encuentro forzado de los dos agentes, Napoleón Solo, ahora un flemático ingles, e Illya Kuryaki en el momento de comenzar una riesgosa persecución en  Berlín, donde también aparece quien luego será "la chica de CIPOL". En esta escena inicial, repleta de humor, acción y suspenso, comienza a lucirse Ritchie, y sin lugar a dudas, dicha escena ronda lo antológico.

El resto es una película de espías al mejor estilo Ritchie. Se podría decir que este film es muy suyo y  que su sello esta en cada una de sus escenas. El film todo, no solo tiene ritmo, sino que audiovisualmente, es realmente notable. Ritchie narra a un ritmo vertiginoso. Su cine es un cine muy moderno, lejos de la estética de la serie cuya narración era convencional y su único artilugio era generar elipsis rápidas con una especie de cortina que nos indicaba que la acción cambiaba de lugar. Acá , ahora, todo es vertiginoso, dentro de un equilibrio que muy pocos pueden lograr generando un tipo de cine muy personal como el que hace Ritchie. Porque no solo se basa en el  vértigo narrativo que lo caracteriza sino también en la utilización inteligente de la banda sonora. Ritchie rompe convencionalismos en cada escena. No solo en esta película, lo hace en todas las que he visto. Su cine toma un genero, por ejemplo, la comedia policial, pero lo deshace y lo transforma, ironizándolo, y para ello no solo se basa en situaciones, sino también en actuaciones  (sus actores son excelentes) y en la musicalización de la película. Por ejemplo, en "El Agente…" hay una persecución en lancha, clásica de este tipo de películas. Lo primero que hace , es llenarla de humor. Kuryaki lo pierde a Solo, quien se cae de la lancha y nada hacia la orilla, donde encuentra un camión. Sube y pone la radio, y mientras Kuryaki es perseguido por varios malvados, Napoleón Solo escucha a Luigi Tenco cantando "Il Mio Regno", música que termina acompañando toda la persecución de Kuryaki, o sea, una ruptura notable entre el vertigo visual y la lentitud del tema musical. En el final, repite con Nina Simone en su fabulosa versión de "Take Care of Business" cuando todo el complot es desbaratado por los agentes. Es decir, la ruptura de la realidad hacia la fantasía es constante, y hay muy pocos directores que lo hagan tan bien.


En pocas palabras, el nuevo Agente de CIPOL puede verse como una aventura pre psicodélica y sobretodo subrealista. Poco tiene que ver con la vieja serie de nuestra infancia y mucho con el interesante cine que hace Guy Ritchie, un cine de ruptura de géneros y de quien hay que reconocer que en esta oportunidad se sacó los tabúes de encima y encaró con luz propia este aggiornamiento de El Agente de CIPOL. Los resultados obtenidos son buenos. No está a la atura de sus anteriores Snacht (2000) o especialmente de la extraordinaria "Rokanrolla"(2008), pero uno puede ir al cine sin salir defraudado del mismo. El nuevo CIPOL es una muestra de un cine muy moderno y entretenido.

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