miércoles, 28 de octubre de 2015

DOS DIAS, UNA NOCHE de Luc y Jean Pierre Dardenne





LA AMENAZA DE LA DESOCUPACIÓN

El cine de los hermanos Dardenne siempre ha puesto su mirada en la cuestión social. Su labor comenzó en el cine documental en 1978, y en 1987, realizan "Falsch" su primer film de ficción. No obstante ello, su nombre comienza a ser conocido mundialmente en 1996 con  "La Promesa".  En Argentina los conocimos tardíamente, en oportunidad del estreno de "Rosseta", su cuarta película de ficción, con la cual ganaron el Festival de Cannes de 1999. Con el premio en Cannes, se convirtieron en grandes maestros, y asiduos invitados del mismo, donde volvieron a obtener premios cada vez que se presentaron. Su cine no solo denota interés documentalista, sino que se caracteriza por una gran calidad formal y realismo. Enfocado en los problemas de la juventud actual, narran historias individuales donde sus protagonistas sufren la ilegalidad de los Inmigrantes (La Promesa, 1996; El Silencio de Lorna, 2008),  la soledad y la ruptura de los lazos familiares (Rosetta, 1999),  la  psicosis persecutoria de un carpintero que toma como empleado a un adolescente que ha dado muerte a su hijo (El Hijo, 2002); la paternidad precoz y el tráfico de niños ( El Niño, 2005), la búsqueda de amor y la necesidad de una madre sustituta (El Niño del la Bicicleta, 2011).

Ahora, y a más de un año de haber sido presentada en Cannes 2014, nos llega "Dos Días, Una Noche", una película que se mete en la precariedad de las relaciones laborales en el mundo actual. Sandra, su protagonista, es empleada de un laboratorio en las afueras de Paris. Está casada, tiene dos hijos en edad escolar, y tienen los problemas de todo matrimonio joven: la falta de dinero. Para colmo de males, la empresa donde trabaja  Sandra, debe hacer un ajuste de personal, y Sandra quedará afuera.

"Dos Días, Una Noche" es el relato de la peregrinación de Sandra durante un fin de semana para tratar de mantener su trabajo. Sandra saldrá casa por casa de sus 16 compañeros de trabajo para convencerlos que desistan de recibir un bonus a cambio que ella pueda mantener su trabajo. No hay duda que los Dardenne quieren hablar sobre la solidaridad social y laboral. El análisis de las relaciones laborales que realizan está focalizado en una situación muy particular y termina siendo una enorme critica a la responsabilidad empresaria. Es que producida una típica crisis coyuntural de la empresa, la salida buscada es un ajuste muy rebuscado. No sé si esto es habitual en Francia o si es una simple argucia argumental del guión de los Dardenne para crear una atmosfera de injusticia social y a una nueva heroína producto de esa situación absurda.  Obviamente,  triunfa  la propuesta del Bonus, por lo cual, Sandra debe quedar afuera.

El film será la historia del largo y reiterativo peregrinaje de Sandra durante todo el fin de semana, apoyada por su marido y una compañera de trabajo, tratando de convencer a los 14 compañeros restantes para que voten la propuesta de mantener el trabajo y  no aceptar el Bonus. La mirada crítica de los Dardenne se concentra en la precariedad de las relaciones laborales, las necesidades pecuniarias de la mayoría, y muestras de insensibilidad frente al problema ajeno.

Visto desde otro ángulo,  de la propuesta laboral también surge una especie de irresponsabilidad de parte de la empresa, dado que no parece tener  mucho sentido que una empresa deje en manos de los propios empleados un ajuste de esa naturaleza. En todo caso, si se debe hacer una ajuste de personal, lo más lógico debería ser hecho en función del análisis de procesos y de performances individuales, donde claramente, la empresa podría justificar un "achicamiento". Pero en este caso, la cuestión no está muy explicada, y todo parece emerger arbitrariamente de alguna demanda laboral de reconocimientos tales como un premio anual que obviamente desajusta las nominas salariales y la capacidad financiera de la empresa.

La potencia habitual de las denuncias sociales del cine de los Dardenne se pierde frente al devenir individual y reiterativo de Sandra, la nueva heroína de los hermanos belgas, interpretada estupendamente por la francesa Marion Cotillard, la misma que ganó el Oscar por su extraordinaria personificación de la Piaf en la película que lleva el mismo nombre. Cotillard nos hace sentir el sufrimiento de Sandra, un ser frágil e inestable al borde de la crisis nerviosa y el intento de suicidio, contenida de alguna manera por los vínculos familiares, que en esta película, aparecen sólidos  como nunca antes  en el cine de los Dardenne.

No obstante ello,  la película, como cine denuncia, desde lo social, parece algo floja. Y desde otro punto de vista, desde lo individual, el personaje de Sandra parece más al borde de una crisis personal producto de una personalidad inestable que de una desgraciada situación laboral. Creo que estos desniveles afectan y resienten la potencia del mensaje de los Dardenne cuya mirada, sin lugar a dudas,  es la precariedad en que se encuentran las relaciones laborales frente al avance imparable de una sociedad que se tecnológiza y en consecuencia,  sustituye cada vez más mano de obra humana por mano de obra robótica. Por otra parte, esta ha sido la consecuencia de toda revolución industrial acaecida en la historia del mundo. Pero la velocidad de su ocurrencia es lo que más preocupa.


Nos queda una reflexión final que es una pregunta. Será cierto que los procesos de educación y el continuo entrenamiento de los recursos humanos encontrará mejores puestos de trabajo frente a este mundo tecnologizado? La aparición de nuevos trabajos donde prevalece la inteligencia y la capacitación humana serás suficientes para absorber esta masa humana en crecimiento? Es la inteligencia humana a nivel individual perfectible o un cociente dado?

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