lunes, 28 de diciembre de 2015

MIS 12 MEJORES PELICULAS DEL AÑO 2015


01 - SUEÑO DE INVIERNO de Nuri Bilge Ceylan - Turquia
02 - BIRDMAN de Alejandro González Iñarritu - USA
03 - CLOUDS OF SILS MARIA de Oliver Assayas - Francia
04 - AMERICAN SNIPER  de Clint Eastwood - USA
05 - LEVIATHAN de Andréi Zviáguintsev - Rusia
06 - GETT-EL DIVORCIO DE VIVIANE AMSALEM de Ronit y Schlomi Elkabetz - Israel
07 - TRES RECUERDOS DE MI JUVENTUD de Anranud Desplechin - Francia
08 - EL CLAN  de Pablo Trapero - Argentina
09 - MIA MADRE de Nanni Moretti - Italia
10 - SHE´S FUNNUY THAT WAY de Peter Bogadanovich - USA
11 - TAXI de Jafar Panahi - Irán
12 - PHOENIX de Christian Petzoldt - Alemania

domingo, 20 de diciembre de 2015

MACBETH de Justin Kurzel

"NINGÚN HOMBRE NACIDO DE MUJER PODRÁ VENCER A MACBETH" Las Tres Brujas



William Shakespeare escribió la tragedia de  "Macbeth" en 1606. Es una de sus obras más famosas y con más puestas y representaciones en la historia del teatro.  Su tema es la ambición y la traición. Está basada en la vida de un personaje histórico: Macbeth, rey de los escoceses entre 1040 y 1057. La obra comienza cuando el Rey Duncan,  con la ayuda de Macbeth,  vence y echa a los irlandeses y escandinavos, que habían invadido las tierras altas de Escocia. De regreso de la batalla, Macbeth, acompañado de su fiel compañero Banquo, se encuentran en el camino con Tres Brujas, quienes los saludan llamándolo primero Thane of Glamis, y después Thane of Cawdor, y a Banquo le profetizan que sus hijos serán reyes. Dichas profecías intrigan a Macbeth, quien se las cuenta a su mujer, la cual incitará a su marido a desafiar las profecías anunciadas por las brujas del camino y transformarse en nuevo rey.

He visto un par de veces la obra en el teatro y ahora la vuelvo a ver en el cine. Más allá de las diferencias formales entre cine y teatro, Shakespeare siempre es Shakespeare. La fuerza dramática de sus textos, la universalidad de sus temas, la cadencia de sus palabras, hacen que uno vea una y otra vez cada obra, y pueda comprobar que no solo resisten el tiempo que pasa sino también que cada una de ellas sigue manteniendo su interés y vigencia. Ello es porque son obras de valor universal. Reflejan al hombre con sus virtudes y defectos. Por esa misma razón poco importa la forma, los cambios de escenario, el cine por el teatro, los diferentes directores y/o actores que participan. Todos agregan algo, su propia visión de la obra. Las diferentes interpretaciones, lejos de traicionar el espíritu shakesperiano, hacen a la vigencia del gran dramaturgo y comediante inglés para que cada obra permanezca  en el tiempo y cada vuelta de tuerca sobre ellas nos haga mantener el interés intacto para verlas con el mismo entusiasmo de siempre.

Hasta aquí, las versiones que previamente había visto, siempre hacían hincapié en el tema de la ambición desmedida de poder, colocando a Lady Macbeth como la artífice de esa ambición y como una gran manipuladora de su marido, ocupando el papel preponderante de la trama. En esta nueva versión cinematográfica, el australiano Justin Kurzel enfoca su atención en la traición. Ese cambio de punto de vista es fundamental en el desarrollo que hace de la trama. Macbeth  será el protagonista absoluto de la tragedia. Se volverá un cruel asesino que matará al Rey Duncan, se convertirá en Rey y vivirá atormentado por el resto de su vida, no por el sentimiento de culpa sino por las mismas profecías de las brujas que indirectamente han anunciado que él, Macbeth, no será el rey. No obstante lo es, por lo cual, solo gobierna para espantar a sus propios fantasmas,  lo cual lo convierten no solo en un ser vulnerable que acentúa su crueldad. Es allí donde aparece el brutal asesino que perseguirá a los hijos de Banquo hasta eliminarlos solo por el temor que se cumplan las profecías, al mismo tiempo que repite que ningún hombre nacido de mujer será capaz de vencerlo, entrando en una especie de delirio que lo conducirá a la locura. Es asi como "Macbeth", la película, se vuelve una especie de thriller policial que transcurre en las desoladas alturas de los highlands escoceses, un thriller extremadamente cruel y estéticamente bello.

Kurzel, con solo un largo en su haber (Snowtown, 2011), es un esteticista que no pone freno a su imaginación. Llena el film de brumas, amaneceres y atardeceres gobernados por los vientos, las lluvias y las nieves logrando un film de una gran factura artística, convirtiendo a Macbeth en un fantasma de si mismo consumido por el ansia de poder que vaga por lo highlands.  Asi mismo, la actuación del alemán Michael Fassbender es notable, no digo que consagratoria porque ya tiene en su haber un par de actuaciones memorables como la de "Shame" del inglés Steve Mc Queen y "Un Método Peligroso" de David Cronemberg. También es muy buena la actuación de Marión Cotillard, la actriz francesa que ganó el Oscar por Piaff, en el rol de Lady Macbeth.


No obstante lo dicho, el Macbeth de Kurzel parece algo excesivo. Como si tanta técnica, tanto esteticismo, tanta pintura, tanta bruma y tanta niebla, oscurecieran el film más allá de lo preciso en una obra que de por si habla del lado oscuro del poder y de la corrupción del individuo. Es como si el film se volviera más frio que lo propios highlands y las pasiones se alejaran, mientras el Rey enloquece y encuentra su muerte en manos de un hombre nacido de mujer, haciendo caso omiso a toda profecía.

viernes, 18 de diciembre de 2015

GETT. EL DIVORCIO DE VIVIANE AMSALEM de Ronit y Shlomi Elkabetz

RELIGIÓN, LEY Y LIBERTAD


Estupenda coproducción entre Israel, Francia y Alemania que recrea con lujo de detalles el minucioso proceso de un divorcio religioso. Viviane y Elisha Amsalem son un matrimonio que llevan 3 años separados. Viviane ha abandonado su casa y ha decidido ir a vivir con su hermana. Ha comenzado los trámites de divorcio ante el rabinato de su jurisdicción y son llamados, junto a su marido y abogados religiosos, para explicar la causas por las cuales quieren romper el contrato matrimonial.

La película se concentra en esas 4 paredes a través de una sucesión de sesiones que llevan aproximadamente 3 años de sus vidas. Son llamados a audiencia una vez cada 2 o 3 meses. La duración de la audiencia es variable. Puede durar minutos como un par de horas. El problema es radical: Viviane quiere el divorcio pero no así Elisha. Ya llevan separados dos años y todo indica que ese matrimonio en la realidad se ha roto. No obstante, la posición de Elisha es monolítica. Su no es rotundo. Cada sesión es una vuelta de tuerca sobretodo los aspectos que ha transitado la pareja durante su matrimonio y ahora, en su separación. Tanto a los rabinos, como a los mismo testigos, les cuesta entender tanto la separación de Viviane como la rotunda negación de Elisha a otorgar el divorcio.

 El film se inscribe en una línea cruda, testimonial, lejos de todo artificio. La puesta es ascética, transcurre toda entre las 4 paredes del tribunal. Lo mismo se puede decir del elenco. No hay actuaciones descollantes sino una homegeidad actoral al servicio de una puesta en escena que tiene una precisión de relojería que ni por un instante busca aire. Todo es una situación de encierro, ese mismo encierro del cual no pueden salir los participantes. Ese encierro no es otro que el que siente la protagonista principal, pero tampoco es muy distinto al encierro que representa la posición de su marido ni la de los miembros del Tribunal. La posición de Elisha es clara. Para él su matrimonio es una posesión, una propiedad.  

Gett, palabra hebrea que significa divorcio, expresa una división, incluso una salida. Pero tanto los miembros de la pareja, como los propios miembros del Tribunal, parece vivir asfixiados por las tradiciones y las leyes religiosas. Todos viven sometidos y son incapaces de transgredir o desviarse de lo prescrito por la ley para llegar a la solución del conflicto. En Gett no existe negociación. Ni siquiera los testigos, si bien imparciales, se alejan de las leyes y tradiciones religiosas. Sus declaraciones y testimonios se realizan siempre en el marco de la corrección política, en este caso, la corrección religiosa.

La austeridad y la rigurosidad de la puesta en escena son factores esenciales para el éxito de esta notable película del matrimonio Elkabetz, directores y guionistas de la película, además de que Ronit Elkabetz interpreta magníficamente el rol de Viviane. Su film no muestra fisuras, es despojado de todo elemento que pudiera distraer y se concentra en el drama humano emergente de la profesión de fuertes principios de vida, aquellos capaces de colisionar con nuestros derechos elementales como el de la libertad. "Gett" es una cruel paradoja donde el destino de los hombres esta signado por una creencia, por una religión cuya práctica y respeto normativo coarta el derecho más elemental de la vida moderna, o sea, la libertad del individuo a elegir libremente el destino de su vida.

"Gett" es una de esas películas que, lamentablemente cada vez más infrecuentes, tienen la capacidad de cuestionar y hacernos pensar. Es imposible salir del cine y no dejar de pensar en lo que uno acaba de ver. Es un film provocativo desde lo humano porque cuestiona, con profundo respeto y honestidad, una creencia religiosa. Nos pregunta sin preguntar, hasta donde debemos condicionar, hasta qué punto debemos llegar con nuestras creencias sin sacrificar nuestra libertad. Y tal vez vaya, incluso, más allá. Hasta que punto podemos agredir a los demás, hacer daño a los demás en función de nuestra creencia.

Nos hace reflexionar también sobre la necesidad de actualizar las leyes que nos rigen. Revisar tanto nuestros derechos como nuestras obligaciones. Debemos pensar que vivimos en un mundo dinámico, cambiante. Esa dinámica modifica nuestros hábitos y costumbres. Y eso crea la necesidad de actualizar nuestras instituciones. Es un tema delicado. La película no hace más que reflejar una realidad. Somos nosotros, los hombres, quienes no debemos ignorar los problemas y buscar las soluciones.


Como película, "Geet. El Divorcio de Viviane Anselet" puede tornarse algo larga y reiterativa. Dura casi 2 horas. Pero no hace más que reflejar la realidad de lo que está tratando, ello es un largo y complejo proceso judicial. Un proceso que encierra y asfixia a sus participantes. El film es fiel a si mismo, y con ello busca que el espectador sienta y se identifique con esa pesadilla en forma de proceso que ignora la necesidad humana frente a la prevalencia de una ley. Su mayor virtud es que yendo de lo particular a lo general, se transforma en una gran canto a favor de la libertad del individuo.

jueves, 17 de diciembre de 2015

MI FAMILIA ITALIANA (LATIN LOVER) de Cristina Comencini

REGRESO A LA COMEDIA "ALLA ITALIANA"


Cristina Comencini es una directora y escritora italiana que es hija de Luigi Comencini, el gran director de "Pan, Amor y Fantasia" que en los años 50 dió lugar a un tipo particular de comedias, muy descriptivas de las vicisitudes vividas en la Italia de posguerra, encasilladas en lo genérico en un cruce cercano entre la tragedia de los que se vivía y ese espíritu vivaz y la forma siempre risueña que caracterizó al pueblo italiana, que dió en llamarse tragicomedia o la "comedia alla italiana".

Cristina tiene en su haber una filmografía interesante, de la que destaca  una película de 2002 que se llamó "El Más Bello Día de MI vida", en la cual la directora analiza las torpezas del amor y el peso de los compromisos que amenazan la estabilidad de una familia romana. Más tarde, realizó, con menos fortuna, "La Bestia en el Corazón" (2005) y "Cuando la Noche" (2011).

"Latin Lover" es un abierto homenaje al cine de su padre, genera una película amena, entretenida, por momentos brillante, donde no solo manifiesta su amor por el cine de su padre, sino también,  y por todo aquel cine italiano relizado a partir de mediados de los ´50, los ´60 y principios de los ´70. Es una clara evocación a un "star system"  italiano que se consolido a partir de "La Dolce Vita" alcanzando éxito a nivel mundial. Es también un homenaje, sin nombrarlo, a todas las grandes estrellas que se consagraron en aquellos años. Ese cine no hubiera sido el mismo sin la participación de Marcello Mastroianni, Vitttorio Gassman, de Alberto Sordi, de Nino Manfredi, Totó, Ugo Tognazzi, Sofía Loren, Virna Lisi, Claudia Cardinali, y tantos otros, en películas inolvidables como "Hablemos de Mujeres", "Los Desconocidos de siempre", "Los Monstruos", "Casanova 70", "Divorcio a la Italiana", "Señoras y Señores", y muchas otras más.


Comedia de enredos, con algo de vodevil francés, y sobre todo, con una gran vuelta de suspenso, logra mantener la atención en forma permanente. Esa una película amable, simpática, que se soporta en un grupo de grandes actrices lideradas por la recientemente fallecida, Virna Lisi, la española Marisa Paredes y la siempre interesante Valeria Bruno Tedeschi. 

martes, 15 de diciembre de 2015

TRES RECUERDOS DE MI JUVENTUD de Arnaud Desplechin



EL PASADO QUE CONDICIONA

Descubrí  a Arnaud Desplechin una noche un video que había alquilado en Blockbuster. La película se llamaba "Reyes y Reinas", corría el año 2005, y el film se había estrenado en Buenos Aires en los circuitos de cine arte y yo por alguna razón que no recuerdo, no la había podido ver en los cines. Trataba de una mujer, una ejecutiva muy ocupada en Paris, a punto de volver a casarse, que viajaba a un pueblo francés, donde estaba muy enfermo su padre. El film recreaba esa relación padre -hija a la vez que describía la tortuosa relación de ella con su ex marido, un músico con problemas psiquiátricos a quien pretendía dejarle el cuidado de su hijo cuando se fuera de luna de miel con su nuevo marido. Lo interesante del film era que la protagonista, Emmanuel le Devos, encargándose del padre en el momento preciso, no solo descubría a un ser humano al que desconocía, sino que también limpiaba culpas del pasado y quedaba libre de remordimientos.

Años más tarde,  vuelvo a encontrarme con Desplechin en el BAFICI 2009. "Un Cuento de Noé" venía precedida de elogios luego de participar del Festival de Cannes. Desplechin también vuelve aquí a las relaciones familiares. Catherine Deneuve es la madre de una familia numerosa que durante la Navidad anuncia que deberá ser trasplantada de un riñón. Su hijo díscolo, otra vez el genial Mathiue Amalric, es el único compatible. El conflicto, es que está apartado de su madre, se mantiene a distancia y la operación conlleva un riesgo importante. Nos preguntamos, tendrá Henry la generosidad necesaria para  ese acto de amor supremo que es la donación en vida de un órgano vital?
Tanto en una película como en la otra, el pasado siempre vuelve y condiciona a los protagonistas. Anoche, tuve la oportunidad de ver "Tres Recuerdos de mi Juventud" que, afortunadamente, se estrenó en Buenos Aires. "Tres Recuerdos…" es el nuevo film del director francés y es otro gran film.

En esta ultima el protagonista es Paul Dedalus (Mathieu Amalric), que cuando comienza la película está en los prolegómenos del amor cuando su amante le dice algo que lo retrotrae a sus recuerdos, a su madre, a un viaje a Minsk y sobre todo, a Esther, su eterno amor de juventud. Y en consecuencia, Desplechin ya no solo inicia un viaje hacia el pasado de Paul, sino que comienza a jugar con las deformaciones que la memoria hace de ese pasado condicionando el presente. La precoz muerte de su madre siendo él mismo todavía un niño, lo sitúa en un nivel de orfandad tal que lo conduce a perpetuar esa orfandad. Rechaza estar en su casa, busca el afecto de una Tía-Abuela, crece alejado de su hogar, y ya adolescente y en plena guerra fría, acepta hacer un misterioso viaje a Minsk (Bielorrusia) para llevar un sobre con dinero para ayudar a un perseguido judío a emigrar a Israel. Lo notable del caso es que además, le facilita al muchacho judío su propio pasaporte. Esta acción puede verse de diferente maneras. Es sin duda un acto de generosidad, de altruismo. Es una ayuda a alguien desesperado. Pero es también como un desprendimiento de identidad. En realidad, Paul crea su propio doble. Y ese doblez no es otra cosa que una  creación involuntaria de la memoria para crear recuerdos a conveniencia. Paul. a partir de ese acto, tendrá una doble vida. Una, que lo dejará atado al pasado y otra, que lo transformará en un ser itinerante que carecerá de tiempo y lugar.

Más tarde, al final de su adolescencia, conocerá a Esther. Este vínculo será definitorio en su vida. Nunca llegará a nada con ella, pero Esther será de alguna forma, la representación de todas las mujeres que pasaron por su vida. Es una mujer monolítica. La cuida, la ama, la cela, la extraña, le perdona infidelidades pero nunca se casa con ella y mucho menos, la olvida. Es como si generara un ser omnipresente asociado a una coexistencia, una vida que transcurre, se ancla en el pasado, se recuerda a conveniencia, y condiciona el presente sin dejar resolver una vida. Paul vive una especie de vida sin presente, una estancia en un pasado permanente. No casualmente, Paul es un lingüista que estudia idiomas extraños, tal vez, algunos de ello, en desuso. Su comunicación con los demás, es como si fuera en una lengua extraña, un idioma extranjero. No casualmente, desde que se va a estudiar a Paris, los viajes a su pueblo se hacen cada vez menos frecuentes. Una relación de tipo epistolar se establece entre los amantes. Otra vez más, su relación con Esther se mediatiza. Cada vez más lejos del contacto personal, son las cartas las que limitan el contacto. Y otra vez el relato y no la realidad es la que priva entre ellos.

En "Magnolia", Paul Thomas Anderson reiteraba que "el pasado siempre vuelve".  En "Tres Recuerdos…", Desplechin parece decirnos que "El pasado vuelve de acuerdo a como lo recordamos".  Y ese recuerdo no parece ser un recuerdo fiel al suceso original. Esto me lleva a recordar al Doctor Manes, quien dice que cuanto más contamos un episodio ocurrido en el pasado, más deformamos el recuerdo del mismo dado que al contarlo le agregamos elementos que lo agrandan, lo humorizan, o lo vuelven heroico o trágico. O sea, el episodio histórico cambia de ser un suceso real a formar parte de un relato.


Y esa es exactamente la esencia de este notable film de Arnaud Desplechin. La historia de un hombre que no puede ni quiere olvidar ni su niñez ni su juventud y en consecuencia vive a media máquina, preso del pasado y sin resolver su presente. Es como un hombre incompleto. Alguien que no ha dejado de ser niño ni adolescente. Y acaso, nosotros mismo, no caeremos en lo mismo cuando afirmamos  que "todo pasado fue mejor"?