"NINGÚN
HOMBRE NACIDO DE MUJER PODRÁ VENCER A MACBETH" Las Tres Brujas
William Shakespeare escribió la tragedia de "Macbeth" en 1606. Es una de sus
obras más famosas y con más puestas y representaciones en la historia del
teatro. Su tema es la ambición y la traición. Está
basada en la vida de un personaje histórico: Macbeth, rey de los escoceses
entre 1040 y 1057. La obra comienza cuando el Rey Duncan, con la ayuda de Macbeth, vence y echa a los irlandeses y escandinavos,
que habían invadido las tierras altas de Escocia. De regreso de la batalla,
Macbeth, acompañado de su fiel compañero Banquo, se encuentran en el camino con
Tres Brujas, quienes los saludan llamándolo primero Thane of Glamis, y después
Thane of Cawdor, y a Banquo le profetizan que sus hijos serán reyes. Dichas profecías
intrigan a Macbeth, quien se las cuenta a su mujer, la cual incitará a su
marido a desafiar las profecías anunciadas por las brujas del camino y
transformarse en nuevo rey.
He visto un
par de veces la obra en el teatro y ahora la vuelvo a ver en el cine. Más allá
de las diferencias formales entre cine y teatro, Shakespeare siempre es
Shakespeare. La fuerza dramática de sus textos, la universalidad de sus temas, la
cadencia de sus palabras, hacen que uno vea una y otra vez cada obra, y pueda
comprobar que no solo resisten el tiempo que pasa sino también que cada una de ellas
sigue manteniendo su interés y vigencia. Ello es porque son obras de valor
universal. Reflejan al hombre con sus virtudes y defectos. Por esa misma razón
poco importa la forma, los cambios de escenario, el cine por el teatro, los
diferentes directores y/o actores que participan. Todos agregan algo, su propia
visión de la obra. Las diferentes interpretaciones, lejos de traicionar el
espíritu shakesperiano, hacen a la vigencia del gran dramaturgo y comediante
inglés para que cada obra permanezca en
el tiempo y cada vuelta de tuerca sobre ellas nos haga mantener el interés
intacto para verlas con el mismo entusiasmo de siempre.
Hasta aquí,
las versiones que previamente había visto, siempre hacían hincapié en el tema
de la ambición desmedida de poder, colocando a Lady Macbeth como la artífice de
esa ambición y como una gran manipuladora de su marido, ocupando el papel
preponderante de la trama. En esta nueva versión cinematográfica, el
australiano Justin Kurzel enfoca su atención en la traición. Ese cambio de
punto de vista es fundamental en el desarrollo que hace de la trama. Macbeth será el protagonista absoluto de la tragedia.
Se volverá un cruel asesino que matará al Rey Duncan, se convertirá en Rey y
vivirá atormentado por el resto de su vida, no por el sentimiento de culpa sino
por las mismas profecías de las brujas que indirectamente han anunciado que él,
Macbeth, no será el rey. No obstante lo es, por lo cual, solo gobierna para espantar
a sus propios fantasmas, lo cual lo
convierten no solo en un ser vulnerable que acentúa su crueldad. Es allí donde
aparece el brutal asesino que perseguirá a los hijos de Banquo hasta
eliminarlos solo por el temor que se cumplan las profecías, al mismo tiempo que
repite que ningún hombre nacido de mujer será capaz de vencerlo, entrando en
una especie de delirio que lo conducirá a la locura. Es asi como "Macbeth",
la película, se vuelve una especie de thriller policial que transcurre en las
desoladas alturas de los highlands escoceses, un thriller extremadamente cruel
y estéticamente bello.
Kurzel, con
solo un largo en su haber (Snowtown, 2011), es un esteticista que no pone freno
a su imaginación. Llena el film de brumas, amaneceres y atardeceres gobernados
por los vientos, las lluvias y las nieves logrando un film de una gran factura artística,
convirtiendo a Macbeth en un fantasma de si mismo consumido por el ansia de
poder que vaga por lo highlands. Asi
mismo, la actuación del alemán Michael Fassbender es notable, no digo que
consagratoria porque ya tiene en su haber un par de actuaciones memorables como
la de "Shame" del inglés Steve Mc Queen y "Un Método
Peligroso" de David Cronemberg. También es muy buena la actuación de Marión
Cotillard, la actriz francesa que ganó el Oscar por Piaff, en el rol de Lady
Macbeth.
No obstante
lo dicho, el Macbeth de Kurzel parece algo excesivo. Como si tanta técnica, tanto
esteticismo, tanta pintura, tanta bruma y tanta niebla, oscurecieran el film
más allá de lo preciso en una obra que de por si habla del lado oscuro del poder
y de la corrupción del individuo. Es como si el film se volviera más frio que
lo propios highlands y las pasiones se alejaran, mientras el Rey enloquece y
encuentra su muerte en manos de un hombre nacido de mujer, haciendo caso omiso
a toda profecía.
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