domingo, 20 de diciembre de 2015

MACBETH de Justin Kurzel

"NINGÚN HOMBRE NACIDO DE MUJER PODRÁ VENCER A MACBETH" Las Tres Brujas



William Shakespeare escribió la tragedia de  "Macbeth" en 1606. Es una de sus obras más famosas y con más puestas y representaciones en la historia del teatro.  Su tema es la ambición y la traición. Está basada en la vida de un personaje histórico: Macbeth, rey de los escoceses entre 1040 y 1057. La obra comienza cuando el Rey Duncan,  con la ayuda de Macbeth,  vence y echa a los irlandeses y escandinavos, que habían invadido las tierras altas de Escocia. De regreso de la batalla, Macbeth, acompañado de su fiel compañero Banquo, se encuentran en el camino con Tres Brujas, quienes los saludan llamándolo primero Thane of Glamis, y después Thane of Cawdor, y a Banquo le profetizan que sus hijos serán reyes. Dichas profecías intrigan a Macbeth, quien se las cuenta a su mujer, la cual incitará a su marido a desafiar las profecías anunciadas por las brujas del camino y transformarse en nuevo rey.

He visto un par de veces la obra en el teatro y ahora la vuelvo a ver en el cine. Más allá de las diferencias formales entre cine y teatro, Shakespeare siempre es Shakespeare. La fuerza dramática de sus textos, la universalidad de sus temas, la cadencia de sus palabras, hacen que uno vea una y otra vez cada obra, y pueda comprobar que no solo resisten el tiempo que pasa sino también que cada una de ellas sigue manteniendo su interés y vigencia. Ello es porque son obras de valor universal. Reflejan al hombre con sus virtudes y defectos. Por esa misma razón poco importa la forma, los cambios de escenario, el cine por el teatro, los diferentes directores y/o actores que participan. Todos agregan algo, su propia visión de la obra. Las diferentes interpretaciones, lejos de traicionar el espíritu shakesperiano, hacen a la vigencia del gran dramaturgo y comediante inglés para que cada obra permanezca  en el tiempo y cada vuelta de tuerca sobre ellas nos haga mantener el interés intacto para verlas con el mismo entusiasmo de siempre.

Hasta aquí, las versiones que previamente había visto, siempre hacían hincapié en el tema de la ambición desmedida de poder, colocando a Lady Macbeth como la artífice de esa ambición y como una gran manipuladora de su marido, ocupando el papel preponderante de la trama. En esta nueva versión cinematográfica, el australiano Justin Kurzel enfoca su atención en la traición. Ese cambio de punto de vista es fundamental en el desarrollo que hace de la trama. Macbeth  será el protagonista absoluto de la tragedia. Se volverá un cruel asesino que matará al Rey Duncan, se convertirá en Rey y vivirá atormentado por el resto de su vida, no por el sentimiento de culpa sino por las mismas profecías de las brujas que indirectamente han anunciado que él, Macbeth, no será el rey. No obstante lo es, por lo cual, solo gobierna para espantar a sus propios fantasmas,  lo cual lo convierten no solo en un ser vulnerable que acentúa su crueldad. Es allí donde aparece el brutal asesino que perseguirá a los hijos de Banquo hasta eliminarlos solo por el temor que se cumplan las profecías, al mismo tiempo que repite que ningún hombre nacido de mujer será capaz de vencerlo, entrando en una especie de delirio que lo conducirá a la locura. Es asi como "Macbeth", la película, se vuelve una especie de thriller policial que transcurre en las desoladas alturas de los highlands escoceses, un thriller extremadamente cruel y estéticamente bello.

Kurzel, con solo un largo en su haber (Snowtown, 2011), es un esteticista que no pone freno a su imaginación. Llena el film de brumas, amaneceres y atardeceres gobernados por los vientos, las lluvias y las nieves logrando un film de una gran factura artística, convirtiendo a Macbeth en un fantasma de si mismo consumido por el ansia de poder que vaga por lo highlands.  Asi mismo, la actuación del alemán Michael Fassbender es notable, no digo que consagratoria porque ya tiene en su haber un par de actuaciones memorables como la de "Shame" del inglés Steve Mc Queen y "Un Método Peligroso" de David Cronemberg. También es muy buena la actuación de Marión Cotillard, la actriz francesa que ganó el Oscar por Piaff, en el rol de Lady Macbeth.


No obstante lo dicho, el Macbeth de Kurzel parece algo excesivo. Como si tanta técnica, tanto esteticismo, tanta pintura, tanta bruma y tanta niebla, oscurecieran el film más allá de lo preciso en una obra que de por si habla del lado oscuro del poder y de la corrupción del individuo. Es como si el film se volviera más frio que lo propios highlands y las pasiones se alejaran, mientras el Rey enloquece y encuentra su muerte en manos de un hombre nacido de mujer, haciendo caso omiso a toda profecía.

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