LA
ANORMALIDAD DE LA NORMALIDAD
Siempre me
he preguntado qué tan locos estamos aquellos que parecemos cuerdos. Y qué tan
cuerdos están aquellos que parecen locos. Ésta cuestión parece estar
relacionada con el concepto de "normalidad". Entonces, cabe
preguntarse: qué es lo normal? La condición de Normal es aquella que se ajusta
a las normas o que se halla en su estado natural. Por lo general, aquello que
se ajusta a valores medios. La normalidad, aplicada a los comportamientos
humanos, está vinculada con la conducta de los individuos, es aquella que no
muestra desviaciones significativas respecto a la conducta del resto de la
comunidad.
Esa
normalidad también se puede medir estadísticamente. Este criterio determinaría que el hombre
normal es el hombre promedio. Si el comportamiento, o sea, la conducta de una
persona es semejante a las conductas de la mayoría de la comunidad, esa
conducta es normal. Estamos frente a una persona adaptada. Por otro lado, es el comportamiento deseable,
lo esperable por el resto de la comunidad.
Por el
contrario, la "anormalidad" es lo raro, lo atípico, lo indeseable. Llevado
al campo de la salud, lo normal es lo saludable, y lo anormal es la enfermedad.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS)
es el estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus
propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede
trabajar en forma productiva y es capaz de contribuir a su sociedad.
Esto nos
lleva a preguntarnos sobre la locura, la cual se podría definir como un
comportamiento que rechaza las normas sociales establecidas. O también como la
desviación a la norma. El delirante es el desviado del surco. Antiguamente, se
veía a los locos como iluminados y se los creía cercanos a Dios. Pero más
tarde, la Iglesia, comenzó a considerarlos endemoniados, como una encarnación
del mal. A partir del siglo 17 se comenzó a encerrar a los locos. Aparecen la
ciencias, y la locura es vista como la antípoda de la razón. Aparecen los
tratamientos y las curas, el electroshock, el uso de insulina, el baño frio, la
lobotomía, etc. Y muchos años más tarde, la psiquiatría y la psicología.
El cine se
ha ocupado de diversas formas respecto de la locura. La guerra puede
considerarse un estado de locura generalizado. En "Senderos de Gloria,
1957", con Kirk Douglas, Stanley Kubrick
lo describió como pocos. Otro tanto hizo Michael Cimino con "El Francotirador"
(The Deer Hunter, 1979), una profunda reflexión sobre la sinrazón de la guerra
de Vietnam. No menos importante resultaba "One Flew Over The Cuckoo´s
Nest", aquí denominada "Atrapado Sin Salida", con la magnífica
actuación de Jack Nickolson, una persona privada de su libertad en función de
su enfermedad; o la alienación que
mostraba Meryl Streep en su personificación de Sofía a raíz de haber perdido sus hijos en un campo
de Concentración en "La Decisión de Sofía, 1982" del siempre
recordado Alan Pakula, y porqué no recordar aquella fuga desesperada del
"american way of life" hacia la libertad total que protagonizaban
"Thelma y Louise, 1991" en el soberbio film de Ridley Scott. La
mayoría de estos personajes no son anormales por naturaleza sino que la
anormalidad emerge de una situación vivida de carácter sumamente traumática que
los enferma y los marca para toda la vida.
En
"Loca Alegría", Beatrice (la extraordinaria Valeria Bruni Tedeschi) es
una mitómana compulsiva que está internada, en un nosocomio en la Toscana,
cerca de Lucca, donde parece estar bajo una "libertad condicional" porque
padece de una alteración que aparentemente le impide administrar su dinero en
forma correcta. Persona de familia adinerada, lo que desea es ejercer su
libertad, salir de la casa de retiro y vivir su vida. Allí, llegará Donatella
(Micaela Ramazzotti), una depresiva atormentada por un intento de suicidio y atontada
por un coctel de medicamentos que pretenden mantenerla dopada, y que caerá como
anillo al dedo, para que Beatrice la adopte como su protegida y la transforme
en socia de correrías, que no tardarán en suceder, unos días después de una
sesión de labor terapia en una chacra cercana.
El
espectador las verá vagar libremente por la vida sin rumbo fijo ni objetivos
concretos, solo disfrutando del placer de la libertad. Dejar de tomar una
medicación que sienten que no es una cura, o gozar de las cosas más banales. Y entonces
uno se preguntará qué tanto daño pueden llegar a cometer, tanto a sí mismas
como a terceros. Estas dos supuestas "anormales" no hacen otra cosa
que pagar con su libertad y un coctel inmenso de barbitúricos, los presuntos
"crímenes" de malgastar la
herencia familiar en un caso, o sufrir
una depresión extrema que la pone al borde del suicidio en el otro. Y esto nos
lleva a preguntarnos, quién es verdaderamente el dueño de nuestras vidas, cuál será
el juez nos tocará en suerte?.
Paolo
Virzi, escritor y director italiano ("Caterina Vá in Cittá", 2003);
("Tutta la Vita Davanti", 2008); ("La Prima Cosa Bella",
2010); (Tutti il Santo Giorno, 2012); ("El Capital Humano", 2014),
cuyo cine se enrola en la corriente que el cine italiano ha desarrollado con
más éxito en los últimos 20 años, ello es el cine de las relaciones familiares,
escribe y dirige esta comedia con enorme sutileza y talento, logrando un
perfecto balance entre drama y comedia, generando uno de los mejores filmes de
su ya vasta filmografía, diría a la par de su extraordinaria "La Prima
cosa Bella", con aquella gran actuación de Stefanía Sandrelli como una
madre caótica.
"Loca
Alegría" es sin duda uno de los mejores films del año, sustentado en la
escritura de un guión sin ningún tipo de fisuras, preciso y siempre
interesante, y una actuación inolvidable
de sus dos intérpretes principales. Es un film que está con la
autodeterminación del propio destino. Que cada uno es dueño de sí mismo y de sus circunstancias.