EL PRECIO
DE UN HOMBRE
La
traducción del título original de este film es LA LEY DEL MERCADO. Obviamente,
se trata de una mirada crítica sobre la deshumanización del factor trabajo, y
su transformación en mercancía que tiene un determinado valor el cual se vuelve
negociable.
Obviamente,
Brizé no es tonto y su crítica resulta contundente e incontrastable. Pero en
verdad, es como si quisiéramos realizar una pelicula sobre la ley de gravedad y
pretendiéramos que alguno de sus axiomas no se cumpliera.
El film
retrata a Thierry Taugourdeau, magníficamente interpretado por Vincent Lindon,
que ya había trabajado para Brizé en esa estupenda pelicula que realizó en 2012
que se llamó "Algunas Horas de Primavera". Thierry es un hombre felizmente
casado, tiene un hijo espástico de unos 18 años que está preparándose para
entrar a la Universidad, y posee una
casita en un barrio obrero de Paris, y un tráiler de fin de semana en alguna
playa del norte de Francia, que quiere vender pero no puede. Al comienzo mismo
de la pelicula, sabemos que se encuentra desempleado y que está buscando
trabajo.
La pelicula
es la búsqueda de ese trabajo. El proceso de cosificación a que es sometido
Thierry por los diferentes colocadores que lo entrevistan, por los innumerables
cursos que le hacen tomar pese a que la mayoría de los trabajos privilegian la
experiencia sobre la capacitación, y lo poco que vale su propia experiencia que
ha sido devorada por los adelantos tecnológicos que paradójicamente, vuelven obsoleto
al pobre Thierry.
Finalmente,
Thierry conseguirá un trabajo, convirtiéndose en guardia de seguridad en un
supermercado, no haciendo otra cosa que transformarse en un tentáculo del Gran
Hermano que todo lo ve, todo lo controla, y todo lo reprime en virtud de una
sociedad que pretende ser justa y segura. Obviamente, a toda acción le sigue
una reacción. Y acá el film de Brizé enciende alertas sociales que deberíamos
considerar. Alertas amarillas que no se pueden obviar.
Brizé
cuenta esta parábola con mano firme y claridad conceptual. La pelicula es
corta, fría y contundente. Pero esconde una parte de la verdad. Toda sociedad
que se precie de ser libre, seguramente tendrá que pagar un costo. La economía
es una ciencia que trata de distribuir recursos escasos entre necesidades
múltiples. Esto, llevado al campo laboral, nos dice por un lado, que hay más
trabajadores que puestos de trabajo, y por otro, que las leyes de mercado,
establecerán el valor del trabajo como el de cualquier otra mercancía. En dicho
caso, si la oferta de trabajo es mayor que su demanda, el precio del salario
será menor. Esta leyes se replicarán de diferentes maneras. A mayor
capacitación, mejores posibilidades de conseguir puestos mejor remunerados. A
mayor edad del trabajador, las capacidades de búsqueda se resienten debido a
otra cuestión economica que remite a la ley de rendimientos, aquella que indica
que ante la mayor fatiga el rendimiento disminuye, en consecuencia, también
disminuyen las posibilidades de conseguir un mejor trabajo.
Puede ser
cierto que mirar con esta objetividad una buena pelicula de carácter humanista
es como si uno quisiera jugar a la ruleta rusa. Pero claramente, no puedo
aceptar una contradicción, aquella que
nos dice que no podemos exigir al mismo tiempo vivir en libertad y desconocer
las leyes del mercado. Lamentablemente, una cosa va de la mano de la otra. Dura
es la ley, pero es ley.
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