lunes, 11 de enero de 2016

STEVE JOBS de Danny Boyle

TRES MOMENTOS EN LA VIDA DEL SR. JOBS
 Me gusta el cine de autor, aquel donde se destaca el director como responsable total de la película, ya sea porque interviene en la forma de colocar sus cámaras, o participa en la sala de montaje, o por el tipo de fotografía que utiliza o por la escritura de sus propios guiones o adaptaciones. Normalmente, adjudico el film al director. Pero en éste caso, no lo haré asi. Creo que esta mirada tan personal sobre Steve Jobs es la mirada de su guionista, nada menos que Aaron Sorkin, el mismo que escribió "Red Social", "Moneyball", "A Few Good Men" o la serie televisiva "The West Wing". Porque si bien la puesta cinematográfica de Boyle es excelente, y ha conseguido transformar lo que originariamente parecería ser una obra de teatro en una obra de cine, la labor de Sorkin como guionista es extraordinaria. Sorkin le deja a Boyle un guión tan amplio y abierto, tan rico en detalles de la personalidad que describe,  que es prácticamente imposible de echar a perder con una mala dirección.
Sorkin divide su obra en tres partes. Tres momentos en la vida del Sr. Jobs que tienen que ver con tres etapas culminantes en su vida empresaria y que están unidos por un nexo, que es la relación personal entre Jobs y su hija Lisa, hasta ese momento, el de iniciación del relato, no reconocida por él. Esos tres momentos son: 1) 1984: Lanzamiento de la Macintosh. 2) 1988: Presentación de la computadora Next, y 3) 1998: Presentación del iMac. Estos 3 capítulos en la vida de Jobs son tres actos en la obra casi teatral de Sorkin. En el primero, el genio todavía adolescente, el empecinamiento y la falta de aceptación de la responsabilidad. En el segundo, será quien se enfrenta con la realidad, tanto como empresario en su relación con Apple como persona con la madre de Lisa. Y en el tercero, la humanización, esto es la aceptación de la realidad y la reconciliación con su mundo.
Cada acto es una vorágine que genera una catarata de sentimientos encontrados que van desde el capricho de querer una computadora que diga Hola! cuando se inicia hasta la enorme visión de futuro que hace que Jobs siempre este pensando un paso delante de los demás, o desde su incapacidad para aceptar una paternidad proveniente de una relación casi clandestina, a la transformación y humanización de una personalidad cuasi robótica que solo piensa en la perfección. El guión de Sorkin tiene la virtud de transcribir y sintetizar una catarata de hechos y pensamientos y transformar al genio en un ser humano capaz de sentir y amar.
Por el otro lado, la dirección de Danny Boyle supo transcribir en imágenes esta vorágine de palabras con movimientos de cámara y montaje muy preciso, incluso, utilizando falsos documentales, tal como lo hizo Woody Allen en "Zelig", para pasar de un acto a otro del film. El ritmo de la película es arrollador como debe haber sido la propia vida Jobs. Y en ese aspecto, Boyle sabe sacar provecho del excelente guión de Sorkin. El film tiene la virtud de retener al espectador, no soltarlo, mantenerlo atado en la butaca porque más allá de la historia conocida por todos, "Steve Jobs", la película, es la historia de una mutación.
La actuación es otro punto fundamental en el film. Ya se conocen las capacidades actorales de Michael Fassbender y de Kate Winslot.  De Fassbender solo diremos que es Jobs. De la Winslot, que interpreta a Johanna Hofman, un Vicepresidente de Marketing de Apple que es la mano derecha de Jobs. Ella es también su amiga y es el cable a tierra del genio. Ella lo contiene. Jobs es como un barrilete sin cola y ella es quien lo trae a tierra firme. Es ella quien  le permite acceder a la condición humana, quien le hace comprender que es padre de una niña, de la que se tiene que ocupar y a quien tiene que respaldar. Es ella quien, a traves de su trabajo, humaniza la figura del robot, del hombre que esta permenentemente tras el sueño, tras la perfección, tras lo imposible, tras lo futuro. Entre ellos se establece una complicidad tal que su amistad parece ser la de dos amigos, a tal punto que en un punto de inflexión de la película, Jobs se detiene, la mira, la ve una mujer y le dice "hace como 15 años que nos conocemos y nunca tuvimos sexo". A lo que ella le responde, sin inmutarse, "es que somos amigos". El resto del elenco es muy homogéneo. Además de Fassbender y Winslot, destacan también Seth Rogen como Steve Wozniak, el cerebro que llevaba a cabo las ideas de Jobs, y Jeff Daniels, un ejecutivo que se trae de Pepsi Cola para profesionalizar a Apple, con quien Jobs tiene encuentros y desencuentros que marcan etapas definitivas de su vida.
La descripción de esa genialidad deshumanizada que con el paso de los años se humaniza es lo que hace fascinante a "Steve Jobs", la película. Tal vez porque ese mismo proceso de humanización de un genio sea paralelo a proceso de  perfeccionamiento de un computador que imita el comportamiento humano. Y detrás de  ello quizás se encuentren todas las ideas geniales de este genio. Y el guión de Sorkin y la película de Boyle tienen ese mérito. Humanizar al genio.

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