lunes, 29 de febrero de 2016

BROOKLYN de John Crowley


SENSATEZ Y SENTIMIENTOS

Brooklyn debería haberse llamado Ellis, porque la pelicula no trata sobre el barrio de Brooklyn sino sobre su personaje femenino protagónico, una joven irlandesa que viaja a Estados Unidos a principios de los años ´50 y se radica en aquel barrio como una inmigrante más de los muchos que han llegado a ese país de inmigrantes.

 Esta es una película sobre las oportunidades que nos da la vida, aquellos momentos  donde nos sentimos capaces de  generarnos un cambio, realizar o conseguir algo. Son aquéllas ocasiones que, tal vez,  solo pasan una vez en la vida. Corren los primeros años de la década del 50. Irlanda está pasando las nefastas consecuencias de la segunda posguerra mundial. Hay muy poco trabajo, se vive en la pobreza  y el porvenir se ve muy lejano y poco claro. Ellis vive con su madre y una hermana enferma. Trabaja solo los domingos porque le hacen el favor de permitirle trabajar medio día en el almacén del pueblo. No tiene alternativas. Decide irse. Buscar una nueva vida. Emigra a los Estados Unidos. Va a parar al barrio de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York.

"Brooklyn" podría ser un relato sobre el drama de la inmigración. Pero no es así. Ni tampoco será un drama. Es una comedia que se acerca al melodrama, no al mexicano sino al de Douglas Sirk, en el cual," las mujeres pensaban". Por eso, "Brooklyn" contiene a un personaje central (Ellis) que no solo es una mujer sino que permanentemente mantiene una actitud positiva, y sobretodo, es una "mujer pensante". Por eso, en su personalidad aparecen rasgos de frialdad, lo cual le permite evaluar las oportunidades que le ofrece la vida y tomar las decisiones más acertadas. Ellis parece una persona distante, alguien que no se deja llevar fácilmente por los sentimientos. Pero es una persona que se maneja con gran sensatez.  No quedan dudas que ella es "británica", y sobre todo, cuando conoce a Frankie Fiorello, un hijo de italianos incapaz de ocultar sus sentimientos. El contrapunto de las personalidades de Ellis y Frankie queda muy bien remarcado. La flema británica versus el temperamento italiano.

Todo el film gira en torno de Ellis y sus vicisitudes, y dado que la pintura social queda solo en el marco de la historia, como así también quedan las historias individuales de quienes rodean a Ellis. En consecuencia, el film nunca alcanza la dimensión de relato coral, y tampoco, aunque lo parezca, es un relato sobre la inmigración. Y no lo es, porque  ambas cuestiones solo enmarcan la historia. Y como en la mejor tradición del cine americano, reafirma la condición  que es el individuo quien determina su destino, a través de sus certezas e intuiciones.

En consecuencia, "Brooklyn"  es un retrato de una joven que busca su destino. Es un film intimista, en el cual Ellis es el personaje dominante de la historia, donde el tema de la inmigración forma parte del ambiente social que retrata. Lo coral está presente en dicho marco, pero el film tiene un único e inmenso personaje,  Ellis, al que se lo retrata en aquel  trascendente momento de su vida, en el cual se asume como persona y como mujer, al  dejar su casa y su pueblito natal, y emprender un viaje que la llevará lejos pero que por sobre todas las cosas le permitirá "ser " ella misma.

Dirigió John Crowley, un director irlandés, de continuada labor tanto en la televisión de su país como en el teatro el teatro, con puestas importantes en el West End londinenses y en Nueva York,  continuo colaborar de Danny Boyle, trabajó con suma sensibilidad y equilibrio este  estupendo guión que le sirvió Nick Hornby sobre la novela de Colm Tóbin.

 No obstante ello, "Brooklyn" no hubiera sido la buena película que es, si no tuviera como columna vertebral la magistral actuación de Saoirse Ronan (Gran Hotel Budapest, Hanna, Atonement). Ella ha asumido muy bien el rol de Ellis, que parece tan real como si el personaje hubiera sido escrito para ella. El resto del elenco acompaña de acuerdo a la circunstancia. Destacan entre los más conocidos,  Julie Waters (la regente de una pensión de señoritas) , y  Jim Broadbent (el Padre Flood). Los aspectos técnicos, fotografía, música, edición, vestuario son todos irreprochables.

viernes, 26 de febrero de 2016

EL ABRAZO DE LA SERPIENTE de Ciro Guerra


EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS

No es una novedad el nivel de excelencia del nuevo cine colombiano. Prueba de ello ya habíamos tenido oportunidad de ver al asistir al anteúltimo Festival de Mar del Plata donde pudimos observar "Ella" de Libia Estrella Gomez Díaz, que no solo es un gran homenaje a "Los Olvidados" de Luis Buñuel sino también, una excelente película. Ahora llega a nuestras carteleras otra gran película colombiana, candidata al Oscar a la mejor pelicula extrajera: "El Abrazo de la Serpiente, 2015" del Ciro Guerra.

Ésta es la tercera película del director colombiano, quien anteriormente había realizado dos películas: "La Sombra del Caminante, 2004" y "Los Viajes del Viento, 2009", las cuales no he visto y creo que tampoco han sido estrenadas en Argentina. Pero por los óptimos resultados logrados por " El Abrazo...", no cabe otra cosa que esperar de él un cine interesante y de alto rigor formal.

Estas dos cualidades son inherentes al "El Abrazo...". Un film complejo y a la vez diáfano, cuya banda sonora deja oir nada menos que nueve idiomas diferentes, deslumbra con una fotografía en blanco y negro que no solo logra proezas con la luz natural sino también con algunos movimientos de cámara, y con la música elegida, algunos cantos populares de las propias tribus indígenas del lugar y sobretodo la acertada elección de Joseph Hayden y su " La Creación " en las escenas finales, sin dejar de mencionar la excelencia de los cuatro actores principales.

Pero sobre todos estos elementos, esta el excelente guión de Guerra. El film trata de dos historias que son una misma historia. Está basado en  dos diarios de viaje a la selva amazónica realizados con 30 años de diferencia entre 1890 y 1920, por el científico alemán Theodor Koch-Grunberg (Jan Bijvoet) y el botánico estadounidense Richard Evans Schultes (Brionne Davis), respectivamente, quienes viajaban en busca de un planta de propiedades curativas llamada Yacruna. Los dos exploradores iban acompañados por el chamán amazónico Karamakate, interpretad por Biblio Torres, como un hombre joven en el primer viaje y por Antonio Bolívar, en el segundo, como el anciano).

Pero estos viajes de una obra singularmente movilizadora serán sólo un punto de partida para inducir nuestra reflexión como espectadores sobre: 1) la inescrupulosidad y la bajeza del ser humano, capaz de someter y matar al semejante impulsado simplemente por un vil motivo económico. Por más de 300 años imperó en la Selva Amazónica la ley del más fuerte construyendo un imperio basado en la explotación del caucho y en la esclavitud de la población indígena, a la cual no solo sometieron corporalmente, sino también espiritualmente, obligándolos  a abandonar sus creencias y sus lenguas. Se estima que han desaparecido etnias enteras y con ello, se han perdido cantidad de lenguas y dialectos. 2) Un viaje al interior del ser mismo para llegar yo y poder indagar en lo más profundo del alma humana, y 3) La propia peripecia de Karamakate, el guía, quien primero se niega a dar ayuda pero una y otra vez, se presta a la empresa porque en dicha búsqueda esta la propia búsqueda de su tribu, sus ancestros perdidos y su propia identidad. Ésta rotura, quizá sea la más interesante, dado que determina la imposibilidad de llegar a nuestras raíces en función que las mismas, en algún momento del tiempo, han sido destruidas por el mismo hombre, por la misma especie, como si el hombre negara a si mismo su capacidad evolutiva destruyendo los rastros de su propios pasos, recomenzando el proceso civilazador una y otra vez a lo largo de la historia.

El notable film de Guerra provoca permenentemente la reflexión del espectador. Vuelve a andar y desandar el camino. El sometimiento del ser humano, la impiedad del catolicismo, el materialismo de los caucheros, van dejando a la luz que el camino hacia el pasado se ve arrasado y el hombre pierde la capacidad de encontrar sus propios ancestros. O dicho de otra manera, las preguntas sobre quiénes somos, de dónde vinimos y hacia dónde vamos carece de respuestas. No obstante, la naturaleza resiste. Karamakate, el consciente, dice y repite: "Escucha lo que el río puede decir". o más tarde, "Cada árbol, cada flor trae la sabiduría" mostrando claramente una confianza hacia la Madre Natura que no puede mostrar el propio ser humano.


Como en la novela de Joseph Conrad, como en la pelicula de Coppola, los personajes de Guerra remontan el río para encontrarse a si mismos y por sobre todo para entender la salvaje condición humana, su negación civilizadora. Su film, pese al desencanto que produce, nos deja una pequeña ventana de optimismo, al dejar abierto el camino hacia nuestro yo interior en el cual siempre es posible encontrar un estado de libertad suprema para ser uno mismo.

lunes, 22 de febrero de 2016

MI GRAN NOCHE de Alex de la Iglesia


FELIZ AÑO NUEVO!!
El vasco Alex de la Iglesia tiene más de 20 años de carrera cinematográfica. En el transcurso de su vida ha tenido éxitos y fracasos, e incluso ha llegado a presidir la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España. Su auspicioso debut en el cine ("Acción Mutante, 1993" y "El Día de la Bestia, 1994") le abrieron las puertas para encarar producciones más importantes. Así filmó "Perdita Durango" en Estados Unidos con producción europea. La película fue un fracaso de taquilla aunque se transformó en un ícono del cine bizarro. Pero no es lo bizarro el signo característico de su cine, sino lo esperpéntico.

Ramón del Valle-Inclán (1866-1936) es el padre del esperpento español y su obra literaria su mayor ejemplo. Él mismo utilizó esta palabra para describirla, una obra en la que prevalece la visión cómica sobre lo trágico en la vida. Es por ello que el esperpento español se define como la deformación sistemática de la realidad recargando los aspectos grotescos y absurdos, a la vez que se degradan los valores sociales. El esperpento es como un juego de espejos, uno cóncavo y otros convexo, que al posar frente a ellos deforman la imagen que reflejan. De esta manera, literariamente, la deformación de la realidad podría convertirse en una crítica de lo social. Bajo esta influencia, en 1999 y 2000, De la Iglesia rueda sus dos obras fundamentales "Muertos de Risa" y "La Comunidad", referencias indiscutibles a casi todo su cine posterior. 

"La Gran Noche" no es una excepción a ello. De La Iglesia asume al grotesco como su forma de expresión. Deforma la realidad convirtiéndola en un set de televisión e introduce la muerte en la primera escena como una presencia siniestra. Degrada a sus personajes, los deshumaniza, los cosifica, y transforma al mundo real en una verdadera pesadilla. En esta gran noche se filma un especial de fin de año de 2015 para recibir el nuevo 2016. De La Iglesia se apodera de esa noche contándonos varias historias paralelas donde el cinismo, el divismo, el egocentrismo, convergen en el crimen, y el desprecio por la realidad y la vida humana prevalecen sobre cualquier valor humano.

Mientras estas historias paralelas ocurren en el estudio de televisión, en la calle, grupos callejeros intentan tomar por la fuerza tanto al camión de exteriores como al mismo set, transformándose en una horda salvaje que provoca desordenes y violencia, dando rienda suelta a un inconformismo social al cual los medios hacen caso omiso. Tanto en el set de televisión como en la calle, realidad e irrealidad se confunden al igual que la verdad y la mentira. La realidad es ignorada. Se crea una realidad paralela, una no realidad, una negación de la realidad.

Mirada lúcida sobre la actualidad politica y social de su país, y porqué no de toda Europa e incluso de todo el mundo, "La Gran Noche" vuelve a mostrar a un Alex de la Iglesia en la plenitud de sus capacidades. Todo el film es un dechado de perfección técnica y muestra al cine español al tope de la utilización de recursos de ultisima generación. Tanto la imagen como el sonido de esta película son perfectos. Lo mismo puede decirse del pulso narrativo del director que no decae en ningún momento. Tanto el movimiento de cámaras como el montaje final son muestra de una gran pericia narrativa. Y más allá de todo ello, un elenco brillante, donde se aprecian algunos notables a los que siempre recurre el director, sobre todo Pepón Nieto (José), quien ya actuara bajo sus órdenes en "Las Brujas de Zugarramurdi", Santiago Segura (La Brujas…. y sobre todo el Nino de "Muertos de Risa"), Enrique Villen ("Crimen Perfecto", "Balada Triste de Trompeta", "Las Brujas …") y la gran Terelle Pavez ("Las Brujas…", "Balada Triste…"). Una mención aparte para Raphael, el cantante y actor español. No solo está extraordinario como actor haciendo honor al excelentísimo elenco que lo acompaña, sino que la pelicula se le transforma en un gran homenaje a su popularidad, a su éxito y a su extraordinaria vigencia.

jueves, 18 de febrero de 2016

EL REY DEL ONCE de Daniel Burman


ESPERANDO A USHER

En una primera lectura de este nuevo film de Daniel Burman (El Abrazo Partido, Derecho de Familia, entre otras) podríamos decir que "El Rey  del Once" es una comedia situacional clásica. Pero si vamos un poco más allá en el análisis, podemos decir, además,  que su nuevo film no solo está impregnado de un humor muy judío, sino que se trata de una comedia del absurdo, empujada por un estilo burlón parecido al de Roman Polansky en "Que?",  o "After Hours" de Martín Scorsese, o incluso, el Woody Allen de "Alice". Acaso también podríamos encontrar alguna referencia importante en el Samuel Becket de "Esperando a Godot".

Ariel es el protagonista de esta "comedia absurda". Economista argentino que ha desarrollado sus estudios de posgrado y trabajo en Nueva York, regresa a Buenos Aires para presentarle su novia a su padre, Usher, solo una voz en el teléfono que esta siempre pidiendo favores. Él es "El Rey del Once".

Ariel aterriza en El Once y comienza a transitar la dimensión desconocida. Manejado por su padre a traves de un celular va de un lugar a otro realizando sus encargos como por control remoto.  Ariel se deslizará a traves de esa cadena de favores en un mundo de caridad, y también en el ambiente de una religión que obviamente es la suya pero que no practica, descubriendo, fundamentalmente, una forma de ser, el ser judío, lo cual comienza a mover sus creencias y entender sus raíces.

Por otro lado, quién es Usher? Obviamente, el padre de Ariel. Pero es también una voz en el teléfono. Un líder comunitario. Una persona siempre ocupada que nunca tiene tiempo disponible. O acaso, también un ser divino, un ser omnipresente. Un misterio prácticamente nunca rebelado. Pero su ausencia y su rol de mando invisible, lo hacen ser el titiritero que mueve los hilos, el ser celestial que genera las soluciones o acaso un mafioso que engaña a medio mundo.

Pero la pintura de Burman no se queda solo en la historia de Ariel.  No casualmente el film comienza en Nueva York y se desarrolla en el Once marcando claramente las diferencias entre el primer mundo y nuestro mundo subdesarrollado. En aquel lado del mundo, Ariel es un economista profesional que vive en pleno Manhattan, donde todo es orden, pujanza y desarrollo, lo cual contrasta con su Barrio del Once, caótico, pintoresco pero ciertamente grotesco, donde nada parece moverse automáticamente sino a traves de favores y sacrificios interminables. De alguna manera, esta pintura de lo exterior, nos deja, por un lado,  la visión de un desarrollo plenamente organizado que solo sabe ir para adelante contra la visión casera de un país que parece vivir del aguante. En el mundo del Once, el negocio parece generar la comida de cada día, pero la también el curro, la oportunidad, el buen pasar y la riqueza rápida. Tipicamente, argentino.

No obstante, Burman rescata de ese submundo, el espíritu comunitario, representado en el rol del padre, Usher, que no está nunca pero está en todos lados, siempre ayudando y ocupándose de los que menos tienen. Usher pareciera ser el espíritu vivo de esa mismísima comunidad. Y da a entender que ese espíritu se contagia y se eterniza en un proceso que se auto reproduce.

Existe desde el comienzo un planteamiento filosófico, cinematográficamente bergmaniano que se diluye a medida que avanza el film. Esa, tal vez,  sea la única falla "El Rey del Once". Es decir, el período de transición que tarda Ariel en asumir su condición judía. Nuestro personaje es un economista. Su visión de la vida es realista, materialista. Ha vivido años en el exterior. Ello lo ha alejado de sus raíces. Pero reasumirse judío es solo cuestión de una semana en El Once. Tal vez, sea una humorada más de Burman. Pero parece abrupto, repentino,  ciertamente irreflexivo proveniente de un hombre que parece más de ciencia que de fe. Obviamente, Burman no es Allen, mucho menos, Bergman. En consecuencia, elige mantener un ritmo sostenido de comedia  que en todo caso, deja la reflexión para la mesa del café. Esto no anula las buenas intenciones del  guionista y director argentino.

No es la mejor película de Daniel Burman. No obstante, sale airosa apoyada en las muy buenas actuaciones de su elenco, en el cual destacan la participación de Alan Sabbagh como Ariel y Julieta Zylberberg como Eva. Todos los detalles de producción son excelentes y la dirección de Burman lleva a la comedia con soltura procurando generar un entretenimiento adulto. El único punto débil de la película es la cita de ciertos ritos religiosos, cuya comprensión no queda clara para aquellos que no practican la religión judía aunque su conocimiento no es clave para entender la película.

martes, 16 de febrero de 2016

SPOTLIGHT de Tom McCarthy



LA LUZ Y LAS TINIEBLAS

Corre Noviembre de 2001, Martín Baron se hice cargo de la dirección ejecutiva del Boston Globe. A los pocos días, reúne a su personal, y en una de esas reuniones descubre que contaba con un equipo especial, denominado "Spotlight", que se dedica a realizar periodismo de investigación y genera con ello "notas de tapa". Con una evidente agudeza en la detección de lo que podría interesarle al público, le solicita a los miembros de dicho equipo que iniciaran una investigación sobre abusos sexuales cometidos en la Arquidiócesis de Boston. Iniciaron la misma con dos objetivos: 1) Averiguar si el caso Geoghan era parte de un patrón de abusos sexuales por parte de sacerdotes, y 2) Descubrir si la Arquidiócesis había protegido y ocultado los delitos. La cuestión era compleja. Los casos tenían que ver con la moral y las buenas costumbres en una ciudad, Boston, de mayoría católica.

Tal vez hayan pasado por la cabeza de Tom McCarthy, guionista y director del film, muchas películas sobre investigaciones periodísticas famosas, desde "Citizen Kane" a "Capote", o de "Primera Plana" a "El Diario", pero eligió como modelo a una pelicula legendaria por la austeridad con que había narrado su historia: "Todos los Hombres del Presidente", donde Alan Pakula relató el caso Watergate, un caso de espionaje en una oficina del partido republicano, cuya investigación periodística estuvo a cargo de los ahora famosos Bob Woodward y Carl Berstein, del staff del Washington Post.

Y la de Mc Carthy es una decisión acertada porque al elegir la austeridad concentra prolijamente la atención en la investigación, sin caer en ningún tipo de desvíos como las historia de sus propios personajes, a los que describe con maestría a través de pequeñas escenas en la cuales el marco exterior dan lugar a que conozcamos a quienes son, pero con la idea clara de que más allá de que tuvieran una vida, lo importante era que estaban protagonizando una historia, "la historia". Gente simple pero apasionada por su trabajo. Un trabajo que realizan con responsabilidad y esmero, no en la vana persecución de un éxito, sino fundamentalmente, de una verdad.

Aquí podríamos objetar el concepto de "verdad" y decir que toda verdad es relativa. Pero los actos aquí investigados tienen que ver no solo con la moral sino fundamentalmente con el delito. Y esa es la gran batalla que se establece entre el diario, representado por sus principales periodistas y directivos contra todo el "establishment" de la ciudad, aquel compuesto por los poderes: desde los prejuicios hasta la policía, la justicia y los estamentos religiosos, envueltos en un gran complot en pro del ocultamiento, del oscurantismo. No solo basta la gracia de Dios, no solo sirve el perdón divino. Esa no es la cuestión. Las cuestión es que se habían cometido crímenes que solo la justicia humana podía juzgar a pesar de que sacerdotes católicos estuvieran involucrados en ello. Y es a investigación lo que conduce ese "periodismo de investigación".

Está claro que los crímenes aquí tratados (llegan a los 1000 casos) no son exclusivos de la ciudad de Boston sino que encuentran casos a lo largo y a lo ancho del mundo, por lo cual, se estima que hay cerca de 100.000 víctimas de abusos de este tipo que han merecido un tratamiento similar, es decir, el acuerdo privado y el ocultamiento. Argentina no es la excepción. Aquí también existen una centena de denuncias. Se estima que el 6 % de la población eclesiástica somete a este tipo de vejaciones a su feligresía infantil.

"Spotlight" es un film sincero sobre un tema socialmente doloroso, McCarthy necesitaba un equipo sólido de actores para ejecutar la proeza de realizar un film de investigación narrándolo no como una simple crónica de los hechos sino como un policial de misterio. Tuvo su equipo en el grupo solido de actores elegidos. Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel Mc Adams, Liev Schreiber, John Slattery, Brian D´Arcy James y Stanley Tucci están todos estupendos y forman un verdadero "team". Además, toda su pelicula es un derroche de austeridad, inteligencia y correcta utilización de la información disponible. No solo el nivel de actuación es convincente, sino que también hay convencimiento en la denuncia que se realiza, la cual, y a pesar de los años transcurridos, no ha perdido vigencia. Al fin y al cabo, en el Vaticano aún vive el Cardenal Law, miembro de la Iglesia de Boston durante la investigación. En dicho caso, el traslado de diócesis fue el único castigo que pagó por silenciar a cientos de niños a los que le destruyeron su infancia.

jueves, 11 de febrero de 2016

CREED de Ryan Coogler


 LA ETICA A LA EPICA

"Rocky" ganó el Oscar a la Mejor Película en 1976. Lo notable del caso es que, como pelicula modesta que era, se impuso a películas que hicieron historia: "Todos los Hombres del Presidente", de Alan Pakula, "Taxi Driver" de Martín Scorsese, y "Network" de Sidney Lumet. Qué tenía Rocky que no tuvieran las otras?. La de Pakula desnudaba el caso Watergate, una vergüenza americana. La de Scorsese, mostraba las heridas de guerra de un soldado vuelto de Vietnam y disparaba sobre una sociedad alineada que no encontraba salida. La de Lumet, mostraba el creciente poder de los medios y su falta de ética al querer transformar la noticia en espectáculo.

 Rocky fue al Oscar y se lo llevó hablando de honestidad y esfuerzo. Rocky no era el superhéroe americano. Era simplemente, el muchacho de clase baja que quería superarse y que para ello utilizaba lo único que tenía a su alcance: Sus puños. Rocky representaba entonces, ese hombre común, carente de educación, conocedor de la calle pero con un espíritu inclaudicable,  capaz de superarse a sí mismo. Eso mismo necesitaba una sociedad bajoneada por una intervención militar casi incompresible, de la cual, además, se había regresado casi vencido, con más heridas psicológicas que físicas. Stallone no ignoraba ese sentir social ni lo ignoraría más tarde cuando protagonizaría "Rambo", un soldado vuelto de Vietnam con grandes problemas de reinserción social, aunque capaz de sobrevivir en las condiciones más inhóspitas.

 No se pueden olvidar y considerar ajenos a estos aciertos de lectura de una realidad social a dos productores de la talla de Irving Winkler y Robert Chartoff (fallecido el año pasado), ahora también productores de  "Creed".  Ellos fueron capaces de ofrecerle al público una película que claramente ayudaría a levantar la moral colectiva.

 Hay algo de esta motivación en esta nueva película? Sin lugar a dudas. Estados Unidos acaba de atravesar una de sus peores crisis económicas desde 1930, y los desaciertos de su política exterior no han dado los resultados esperados. A raíz de ello, y desde la crisis provocada por el ataque a las Torres Gemelas, los americanos han participado de la guerra de Afganistán y de Irak sin poder resolver la situación política de esos lugares, y peor aún, sin poder desarmar  la amenaza de las organizaciones terroristas que asolan el oriente medio y a Occidente, y encima ver en la aparición de la problemática ISIS, un intríngulis al cual no le encuentran solución. No hay dudas, entonces, que la moral americana ha vuelto a caer estrepitosamente.

 Es "Creed" una respuesta a estas problemáticas? No quiero pecar de ingenuo. El cine está lejos de resolver estos problemas, pero "Creed" , la película, nos narra la aparición del hijo de Apollo, aquel negro grandote que peleaba contra Rocky en la I y en la II de la serie. Qué tiene que ver esto con la caída de la moral americana? Que Adonis Johnson, el hijo de Apollo Creed, tiene varios puntos en común con aquél primer Rocky y también con la situación social que atraviesa Barack Obama. Como Obama, el joven Creed, es un muchacho educado, tiene un grado universitario, una situación acomodada, y un porvenir brillante en el sector financiero. Pero tiene algo pendiente, algo que lo mantiene insatisfecho: quiere ser boxeador como su padre. Después, verá. Se trata de un crisis de carácter personal, pero cuánto de esa crisis tiene que ver con la crisis social actual que atraviesa el país?.

 La película es el proceso de aprendizaje de Adonis, que en manos de Rocky, ahora tan viejo como sabio, no solo aprenderá las técnicas del boxeo, sino, también, los caminos de la vida, y se convertirá en Creed. Es posible que el propósito "Creed" en esta adolescencia del siglo XXI tenga como objetivo constituirse en un mito como lo fue "Rocky" en los 70 del siglo pasado.  Pero "Creed" también puede verse como la figura proyectada de un Obama que intentará darle ánimo a una sociedad adormecida y confundida por la crisis, que necesita un estímulo adicional para levantarse y volver a seguir construyendo su derrotero de gloria.

"Creed", la pelicula, está realizada con todos los medios audiovisuales que Hollywood tiene a su disposición. Su novel escritor y director, Ryan Coogler, no desaprovecha la oportunidad y saca chapa de confiable para luchar en estas lides. Su guión es preciso y su dirección ágil y dinámica. "Creed" es ante todo, entretenimiento puro y emoción constante. Sin embargo, tiene la capacidad de permitirnos dar un paso más y dejarnos reflexionar: La pelea siempre tendrá un ganador, pero la gloria no será necesariamente suya. El triunfo será de lo ético, lo cual dará paso a lo épico. Y esa épica es lo que se transformará en leyenda.

domingo, 7 de febrero de 2016

CAROL de Todd Haynes



REPRESIÓN Y SENTIMIENTOS

No es la primera vez que la homosexualidad está presente en un film de Todd Haynes. Ya en "Velvet Goldmine, 1998", donde describía el mundo del rock glamoroso de principios de los ´70, sus personajes se acercaban al movimiento de liberación sexual de aquella época. Más tarde, en 2002, en "Lejos de Cielo", en medio de los años ´50, una ama de casa descubría que su marido la engañaba con otro hombre, provocando una importante crisis personal y matrimonial .  Ahora, en "Carol, 2015", retoma el tema como base principal de la historia que relata, una historia donde el lesbianismo es un componente esencial que establece en la relación de 2 mujeres en la Nueva York  de aquélla misma época.

Este nuevo film se basa en una novela homónima de Patricia Highsmith. Patricia fue una escritora del siglo XX que nació a principio de los años ´20 en los Estados Unidos  pero que al promediar su vida, se mudo primero a Inglaterra y después a Francia donde murió a mediados de la década del ´90. Descubrió su vocación literaria antes que su propia homosexualidad, tema que desarrollará con el título de "El Precio de la Sal" en 1952, y que reimprimirá 35 años más tarde con el nuevo título de "Carol". No obstante ello, la Highsmith se destacó más por sus novelas policiales, muchas de ellas llevadas con al cine, con éxito destacable, como "Extraños en un Tren", dirigida por el maestro Alfred Hitchcock, o "El Talentoso Sr. Ripley", filmada con gran suceso  a mediados de los ´50 por René Clement y en los 2000 por Anthony Minghella, además de otras adaptaciones.

"Carol" de Todd Haynes guarda el cuidado formal que el director imprime en todas sus películas, destacando sobremanera la reconstrucción de época, nuevamente los años 50 como en "Lejos del Paraíso", y la estupenda actuación de sus dos actrices principales. Tanto Cate Blanchett como Rodney Mara se hacen creíbles en sus papeles, al igual que el subrayamiento musical del afamando Carter Burwell ("Fargo"), o la estupenda fotografía de Edward Lachman, siempre en el medio tono, en la difumación de los colores, que ya había mostrado sus destrezas  trabajando con el director en su anterior "I´m Not There", sobre el cantautor americano Bob Dylan.

Por momentos "Carol" parece deslizarse hacia el policial. Pero ese deslizamiento siempre es momentáneo, nunca definitivo, y la historia vuelve una y otra vez a la descripción costumbrista, desafiante por momentos, pero cuidando siempre en no herir susceptibilidades.  Todo es un medio tono, tal vez, demasiado contenido. En consecuencia, las protagonistas nunca parecen  llegar a un límite. Su lucha por un derecho personal nunca parece ser crucial. En ese aspecto, lamentablemente  "Carol" falla. Es que Carol es una mujer adinerada. Puede comprar todo, hasta su propia libertad sexual.   En consecuencia, el tema de la verdadera lucha, que es el de la identidad sexual parece disiparse en torno a una lucha siempre latente, la lucha de clases. Es que justamente esa es su contraparte. Carol es una mujer adinerada, muy bien casada, típica exponente del establishment americano, que parece poder comprar todo aquello que desea. Teresa, en cambio, es una humilde chica del interior americano que ha ido a vivir en Nueva York , que para mantenerse trabaja en el sector juguetería de una de las grandes tiendas de la ciudad. mientras en sus ratos libres desarrolla su hobby de fotógrafa, con el cual sueña algún día volverse periodista. En estos términos, Teresa se transforma en un juguete mas de Carol, quedando para el espectador, dilucidar si lo que ha visto es una contenida pelicula sobre la liberación sexual o una velada parábola sobre la lucha de clases.


"Carol" es un film prolijo, bien actuado, mejor fotografiado, adecuadamente musicalizado pero que carece de pasión. Es un film para el gozo intelectual, donde las pasiones femeninas están tan contenidas como la represión de las costumbres de la época en que transcurre.  Eso atenta contra la propuesta del film. Porque si se trata de desafiar un tabú, entonces debemos llevar el desafío hasta las últimas consecuencias.  Claro está que el film transcurre en los años ´50, y no en los ´60, cuando el lema del "sueño americano" comienza a diluirse en el de "paz, amor y rock and roll" después del fracaso americano en Vietnam. No obstante, el film de Haynes parece apostar en todo momento a la corrección política, al buen gusto y en consecuencia, a un cierto conservadurismo de la moral y las buenas costumbres.