sábado, 5 de marzo de 2016

AGENDA SECRETA de Lars Kraume


EL PROCURADOR FRITZ BAUER

Der Staat Gegen Fritz Bauer, título original con el que se presentó en Alemania, ó The People vs. Fritz Bauer como se le llamó en los Estados Unidos, fue estrenada esta semana en la Argentina con un titulo ya usado para un film de Ken Loach en 1990: Agenda Secreta. Cosas raras de la distribución. Pero una gran satisfacción para la cinefilia porque no solo nos encontramos con una gran pelicula sino también con un muy buen director, desconocido para nosotros pero de vasta trayectoria en la televisión germana.

En muy pocas ocasiones un país trata de realizar un revisionismo histórico para realizar un juicio sobre su pasado. Por lo general, las historias oficiales suelen colocar al pasado como un lugar de gloria, un espacio en el tiempo en el cual se ha forjado un destino de grandeza, o donde se ha logrado la emancipación de los yugos imperialistas. Pero mucho más difícil se hace ese juzgamiento cuando en ese pasado han ocurrido tragedias tales como guerras, y peor aún, cuando dichas guerras fueron civiles,fraticidas, o donde se han cometido genocidios, es decir, crímenes colectivos de lesa humanidad. La resultante de ello, es que más tarde o más temprano, la sociedad necesita reconciliarse de las heridas y de las perdidas resultantes de la lucha fratricida, y es inevitable encontrar la propia indulgencia, la de aquellos que creyendo que todo ha terminado, deciden que sus actos han estado dentro de un estado de cosas tal que solo cabe el propio perdón. No obstante, la sociedad sabe que hay víctimas pero también victimarios. Y esa sociedad necesita de la justicia, que haya castigo hacia aquellos que cruzaron las barreras de la ley convirtiéndose en genocidas.

En los últimos años, el cine alemán parece haberse animado a hablar de un pasado que hasta ahora parecía oculto. Así, en 2013, Margarete Von Trotta presentó su extraordinaria "Hanna Arendt", en la cual no realiza una obra biográfica, sino que toma un episodio de su vida, aquel donde participa como periodista de un diario americano en el enjuiciamiento del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann en Jerusalén en 1963. El año pasado, tuvimos la oportunidad de ver "Laberinto de Mentiras" de Giulio Ricciarelli. En ésta, sus personajes son jóvenes abogados, periodistas, fiscales y jueces que han transitado necesariamente la época del nazismo y que, ahora, se topan sorpresivamente con que miles de genocidas han vuelto a la vida civil igual que ellos, conviviendo con ellos, y entendiendo que sin justicia, se diluye cualquier intento de una sociedad moderna civilizada. Ahora llega "El Procurador Fritz Bauer", basada en los hechos históricos protagonizados por aquel fiscal que tuvo a su cargo el juicio a los genocidas nazis pero que a su vez, encontró una gran resistencia de casi todo el establishment alemán de aquella época para acercarse medianamente a la verdad. No obstante, y pese a todos los obstáculos, se convirtió en el fiscal que logró encontrar la pista que condujo a la detención de Eichmann en Argentina.

Es muy interesante la aproximación al tema de Franz Kraume, también autor del guión, en este film. Partiendo de la idea compartida con los otros films comentados, Kraume coloca en el centro de la escena al Procurador General del Estado Alemán a principios de los 50, el Dr. Fritz Bauer, un jurista de renombre, respetado por todos. Su caso más importante, es investigar a los criminales de guerra más importantes escondidos por el nazismo. Su contra, es que miles de nazis aún  sobreviven en las entrañas del nuevo gobierno alemán de Conrad Adenauer, un político que sueña con olvidar el pasado y transformarse en uno de los padres de la nueva Europa.   Como si eso fuera poco, Bauer carga un problema intimo: es homosexual. 

Este elemento, la homosexualidad del Procurador General, coloca a toda la investigación en un equilibrio inestable. En aquellos años, la homosexualidad era un tabú de carácter social. En la personalidad de Bauer, resulta su punto vulnerable, aquello que puede hacer perder su equilibrio. Pero si queremos inferir un poco más, podemos pensar que el tabú de la homosexualidad es al individuo lo que el nazismo residual es a la sociedad alemana de posguerra. Tanto el Procurador como la sociedad tienen su propio "esqueleto en el armario". Es decir, hay tabués individuales y crímenes colectivos que necesitan ser superados, un paralelismo entre las dificultades personales y las dificultades sociales acarreadas por los  prejuicios y culpas que se yuxtaponen impidiendo alcanzar un objetivo de orden superior, que es el auto gran indulto social que necesita la Alemania de los 50 para emerger sin impedimentos hacia el futuro. 

Lars Kraume es un guionista y director, hasta ahora desconocido, que muestra una madurez y un sentido del ritmo narrativo realmente sorprendente. Mucho más conocidos nos resultan los dos inolvidable actores principales: Burghart Klaubner como el Fiscal Bauer, que ha participado en films tales como "Good Bye, Lenin", "Los Edukadores", y "La Cinta Blanca"; y Ronald Zehrfeld, en el papel del fiscal Karl Angermann, antes visto en "Bárbara" y "Ave Feniz" . Muy buenos todos los aspectos técnicos del film , como así también la banda sonora firmada por Chistoph M. Kaiser y Juliuan Maas. En síntesis, un film muy bien hecho y muy interesante que reitera el gran momento que atraviesa la cinematografía alemana. Un film que invita a mirarnos como sociedad en nuestro propio espejo para tratar de superar el pasado y poder encarar el futuro.

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