miércoles, 28 de septiembre de 2016

LOS SIETE MAGNIFICOS de Antoine Fuqua

LAS BASES CONSTITUCIONALES

Antoine Fuqua es un director es un director de raza negra  que se ha caracterizado por hacer cine de acción, paseándose por distintos géneros: desde el policial común (Training Day, 2004)  a películas históricas (Rey Arturo, 2006), pasando por el suspenso (El Ejecutor, 2014), o el drama de boxeo (Southpaw (2015). Pero Fuqua siempre se ha ingeniado para que después de una vorágine de acción aparezca un momento de relax donde el espectador reflexione sobre lo que acaba de ver y encuentre que ese mix  de acción y suspenso puede dar lugar a una conclusión. Por otra parte, ha contado en varias oportunidades con Denzel Washington en la actuación. En este oportunidad, como en las anteriores,  la dupla Fuqua / Washington vuelve a funcionar.

Cómo llegamos a esta nueva versión de Los 7 Magníficos? En los ´60, cuando los maestros Ford y Hawks comienzan a filmar sus últimas obras y el western parece condenado a desaparecer , la Mirisch Corporation, una sociedad cinematográfica tributaria de la mítica United Artist, de entre cuyos fundadores estaba el mismisimo Chales Chaplin, logra un éxito descomunal de la mano del western cuando en 1960 presenta "Los 7 Magníficos", de John Sturges,  una película con un cast inolvidable encabezado por Yul Brinner, Eli Wallach y Steve Mc Queen. La pelicula era buena, pero sin lugar a dudas que lo que la catapultó a la fama fue su música, una balada de Elmer Berstein que se popularizó hasta la eternidad en las propagandas de cigarrillos de la marca Marlboro. Dicho éxito, dio lugar a una saga. A esa pelicula, le siguieron 3 más , dos realizadas en los 60 y la última en el 72.  Ellas fueron "El Retorno de los 7 Magníficos" (1966), dirigida por Burt Kennedy; "La furia de los 7 Magníficos" (1969), dirigida por Paul Wenkos y finalmente, "Los 7 Magníficos Cabalgan Otra Vez" (1972), dirigida por George Mc Cowan. El éxito había sido exprimido hasta sus últimas consecuencias.

El western es un género fundacional. Bajo sus reglas, el cine americano nos ha contado su historia, desde su nacimiento hasta que la civilización arrasó con el lejano oeste y la modernidad creo las enormes ciudades que hoy lo habitan. Es un género que con el transcurso del tiempo, ha cambiado sus formas. Ha pasado del clasicismo de Ford a Hawks, en el que habitualmente se contó la historia de la raíces americanas hasta la pacificación con las tribus guerreras, hacia un cine más moderno, expresado por dirctores tales como Roy Hil (Butch Cassidy) o Sam Packimpah (La Pandilla Salvaje, Pat Garret and Billy The Kid) en cuyos temas dejaron atrás la historia para enfocarse en las leyendas históricas y populares (los hermanos James, Doc Hollyday, entre otros), hasta arribar a un film final y casi lapidario del genero que realizó Clint Eastwood en los 90 y que se llamó "Los imperdonables", con el cual parecen terminar , no solo con las leyendas sino también, el género en sí mismo.
No obstante, el western no está muerto.  De tiempo en tiempo, aparece alguna que otra joya que lo resucita. "El Asesinato de Jesse James…., 2007" de Andrew Dominik; la extraordinaria "Appalosa, 2008" de Ed Harris;  la notable remake de "True Grit,  2010" de los Hermanos Coen; "Django Desencadenado, 2012" de Quentin Tarantino, son algunas muestras de ello. Y no lo está porque en su esencia subyacen temas que son esenciales a la vida del hombre: El imperio de la ley, el otorgamiento de derechos y garantías, los anhelos de propiedad y las luchas que se han llevado a cabo por ello hasta conseguir que esos esfuerzos se transformen en derechos fundacionales de la constitución de un país.

Esta nueva versión de "Los 7 Magníficos" hace hincapié en ese espíritu revisionista que manifiestan estas últimas películas mencionadas, y sobretodo, en el derecho de la propiedad como bien fundacional de una sociedad. Un derecho que se establece aún antes de la creación de un Estado, porque este último no es más que una nación jurídicamente organizada.  Las guerras entre indios y colonos también  han sido por ello. Asimismo, lo será la pequeña batalla que se librará entre los colonos y la compañía minera que pretende quedase con sus tierras en la nueva versión de "Los 7 Magníficos".  Por eso los Estados unidos lo garantizan en su Constitución. La ley respeta al propietario. Estamos hablando de una idea que se forja  en la Antigua Roma, cuna de los derechos del hombre y del ciudadano.

El aggiornamiento por parte de Antoine Fuqua, productor y director de "Los Siete Magníficos" tiene que ver con esa idea. El conflicto básico de esta nueva versión radica en que una empresa minera pretende comprar por un puñado de dólares las tierras adyacente a una mina en explotación. Los colonos se oponen a vender y como consecuencia de ello, se inicia un conflicto. El conflicto no irá por el camino de la justicia. En aquella época, aun no había leyes. Imperaba la ley del más fuerte. Consecuencia, se irá a una pequeña guerra, asumiéndose que como en toda guerra, el resultado será cruento. Pero si se gana, al menos será restablecido el derecho natural, aquel que dice que la tierra es de quien la ha conquistado, que en tiempos de paz, es quien la trabaja.

Antoine Fuqua dirigió con mano segura un film que le viene como anillo al dedo, logrando una pelicula entretenida e interesante, donde los valores humanos son puestos en un primer plano: La dignidad, el respeto, la amistad, el heroísmo, la generosidad, la prevalencia del Bien Social sobre el Interés Particular. Está basada, al igual que la saga que la precedió en los ´60, en un clásico del cine japonés de los años 50: "Los 7 Samurais, 1954", de Akira Kurosawa. En esta oportunidad, el guión, sólido por cierto, que siguió los lineamientos generales de su antecesora aunque con un cambio en la localización de los acontecimientos y del nudo del problema, estuvo a cargo de Richard Wenk (16 Calles, 2006), (The Equalizer, 2014) y Nic Pizzolatto, un escritor que proviene de la TV con dos éxitos importantes e inolvidables: La adaptación de "The Killing" y " True Detective". Contó, además, con un grupo actoral de primera línea encabezado por Denzel Washington como Chilson, un pistolero errante que hará suyo el desafío y buscará por los campos de Luisiana los socios para la empresa. Ellos serán Ethan Hawke,  Chris Pratt, Vincent D´Onofrio, Haley Bennet y Peter Sasgard. Todos muy bien en sus papeles.


En síntesis, un buen film de Fuqua, obviamente heredero de un clásico western de la historia del cine, que si bien deja satisfecho al espectador, por otro lado, pide más de un director ya maduro como Fuqua, capaz de haber demostrado habilidades cinematográficas superiores en films más personales como "The Executioner".  

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