martes, 22 de noviembre de 2016

CORAZÓN SILENCIOSO (Stille Hjerte) de Billy August



¿SABES QUÉ ES LO MÁS DIFICIL?
SI, NO PODER DECIR LO QUE SIENTES.

Billy August es un director dinamarqués que se hizo famoso en 1987 cuando su “Pelle, El Conquistador”, se alzó con el Oscar a la Mejor Película Extranjera de ese año. Su carrera ha sido irregular. En 1992 filmó “Las Mejores Intenciones”, una historia de amor basada en la relación de los padres de Ingmar Bergman. En 1993 filma la adaptación de la novela de Isabel Allende “La Casa de los Espíritus”, donde logra una película tan impersonal como exitosa en lo comercial. A partir de allí continúa su carrera sin repetir el suceso de sus primeras películas, no obstante haberse transformado en un director de culto.


En “Corazón Silencioso” toma un guión de Christian Thorpe, un escritor formado en la televisión dinamarquesa, que le plantea por un lado un tema difícil, y por otro una puesta de característica teatrales. August sale airoso en ambos frentes y recupera con este film el prestigio de sus primeras épocas.


El film, temáticamente, parece ser una película sobre la eutanasia. Pero no lo es. La habilidad de August en la puesta, y de Thorpe en el guión, no apuestan a un gran discurso sobre ese tema, sino que vuelven al film más intimista orientándolo hacia una reflexión sobre la vejez y el deterioro de la salud de nuestros padres ancianos. La toma de conciencia que como hijos nos hemos vuelto “definitivamente” adultos. El momento en que perdemos las referencias naturales. Es la perdida de la brújula y la necesidad de comenzar a navegar guiado por el sol y las estrellas. Es obvio que en el film se habla de la eutanasia, pero este acto no es otra cosa que un disparador en una típica reunión familiar navideña durante un fin de semana en el que salen a relucir fortalezas y debilidades de cada integrante del grupo ante la etapa que se avecina, que no es otra que la de la irreparable pérdida de la vida de los padres enfermos.

El grupo, pese a representar una reunión familiar, es lo suficientemente dispar como para diferenciar caracteres y poder airear la obra. La ancianidad de los padres y una amiga de su edad, la madurez de la hija mayor y su marido, la eterna adolescencia de la menor y su pareja, y finalmente, un nieto adolescente e ingenuo que está sufriendo el rechazo del primer amor. Una paleta amplia en colores y situaciones muy bien resueltas por August. Así dispuesto, el film resulta una típica película nórdica, una especie de Bergman algo aguado y aggiornado a nuestro tiempo.


No obstante el carácter dramático de la convocatoria se diluye en la puesta que intenta August, que encuentra su equilibrio por el lado de la comedia costumbrista. Aquí sobresalen los medios tonos. No hay ni drama descarnado ni comedia desaforada. Es un film que conserva un delicado equilibrio pese a estar tratando como fondo un tema espinoso y controvertido disparado por una situación extrema: la enfermedad.


Obviamente estos logros cinematográficos se apoyan en la actuación de grandes actores. Guita Norby como la madre, está extraordinaria. Cabe recordar que su actuación se llevó el Premio a la Mejor Actriz en la última edición del Festival de San Sebastián en España. No es menor el acompañamiento de Paprika Steen  como la hija mayor, Danica Curcic como la menor, y Mortem Grunwald como el Padre.


Los mayores méritos de este film adecuadamente escrito, dirigido y actuado están en haber evitado el melodrama, lograr interesar al espectador con un tema espinoso, a la vez de fugar de los estereotipos, y mantener siempre su equilibrio. Sin duda, el cine danés está recuperando a un director fundamental de su historia. No es poco. Esto se agrega al buen momento de la televisión de su país que ha generado trascender sus fronteras con el éxito de miniseries como Borgen (Gobierno) y Forbrydelsen, adaptada por la televisión americana como The Killing.

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