martes, 4 de abril de 2017

HAMBRE DE PODER (THE FOUNDER) de John Lee Hancock


EL ESPLENDOR DEL SUEÑO AMERICANO o EL CAPITALISMO SALVAJE

"El Fundador”, tal como su título en inglés lo expresa, se refiere a una persona, Ray Kroc, que fundó un imperio económico. Una de las empresas más rentables y vitales de los últimos 60 años, radicada en el sector gastronómico. Y como tal, su historia puede verse y analizarse como un emblema y caso típico del capitalismo americano, aquel que se desarrollaba en medio del esplendor de los años de pos guerra en los cuales era posible creer en el sueño americano.

Corre 1954 y Ray Kroc está llegando casi a los 40 años sin haberse realizado económicamente. Tiene una buena casa en Illinois, en la que vive esporádicamente con una esposa aburrida y al borde del divorcio. Pero si Ray está convencido de algo es que la perseverancia es la base el triunfo. Eso lo ha aprendido en un manual básico de ventas que lee mientras viaja por los Estados Unidos a lo largo de la ruta 66 tratando infructuosamente de vender unas tostadoras automáticas en cada bar de la ruta. Cuando de pronto, al borde de sus fuerzas, descubre un restaurant ignoto en San Bernardino, California, que no es otro que el hoy famoso Mc Donald`s.

En aquella época, Mc Donald`s no era más que un bar al paso, propiedad de dos hermanos (Dick y Mac Mc Donalds), en el que vendían hamburguesas. Pero Dick no era un tipo cualquiera. Era un ingeniero obsesionado por la eficacia que pretendía tener el mejor restaurant de comidas al paso sin generar colas. Ese modelo de restaurant deslumbra a Ray y les propone a los hermanos una expansión. Pero dado que en ellos no existe interés en asociarse ni abrir sucursales, a Ray se le ocurre ofrecerles la venta de franquicias. Años más tarde, y ante la abulia de los hermanos, Ray decide comprarles el negocio para expandirlo por el mundo, haciéndolo famoso.

Es que Hambre de Poder no solo muestra la necesidad de perseverar en los negocios, sino también es el relato de la ambición de una persona que sabe que solo el cielo es su límite, y que dicha idea llevada al mundo de los negocios, no es otra cosa que la pujanza del capitalismo. La trayectoria de Mac Donald`s se corresponde con el periodo de esplendor del sueño americano. Representa la historia de una persona que se transforma de un simple vendedor en un zar de los negocios. Es la muestra válida de que las oportunidades existen y que incluso, se fabrican y que siempre deben ser aprovechadas en el momento justo. Además, que la perseverancia sumada al afán por la eficiencia, generan la ganancia que retribuye al capital que solventa a los negocios.

Pero por otro lado, el film muestra las aristas del capitalismo en su estado más salvaje. Al promediar la misma, Ray Kroc se encuentra ahogado financieramente y con problemas para mantener su parte societaria. Por lo tanto, acude a un asesor financiero. La consulta no aconseja aumentar el nivel de las ventas ni aumentar el margen del producto. Sin embargo, existe una solución. Mirando con detenimiento, se observa una revalorización de los activos, en consecuencia, todo indica que la rentabilidad del negocio pasa por el desarrollo inmobiliario. En consecuencia, el negocio del restaurant deja de ser el objetivo principal de la compañía para transformarse en un negocio de franquicias. En el futuro serán las franquicias las que proveerán la liquidez del negocio. Para ello, Ray Kroc deberá sacar de la cancha a los viejos propietarios. En esta cuestión cruel donde en la eliminación de los antiguos propietarios aparece el futuro venturoso de la firma es donde encontramos en acción al capitalismo que denominamos salvaje. El eficientismo de los Mc Donalds ha quedado atrás y ha llegado la hora de sacarlos del negocio porque se han transformado en un obstáculo para el mismo. Kroc no dudará ni generará sentimentalismos.

Si se observa la carrera del director John Lee Hancock, en Un Sueño Posible (2009), una pareja adinerada adopta a un joven al que apoyan para que pueda lograr su sueño de ser un beisbolista profesional. Unos años después, en Buscando al Sr. Banks (2013), Hancock muestra cómo el mismísimo Walt Disney debe esperar años para cumplir el sueño de la niñez que era materializar en el cine el cuento de Mary Poppins. Por otra parte, Robert D. Siegel, el joven guionista de ésta película, tiene en su haber El Luchador (The Wrestler, 2008), que es la historia de un hombre que ha perdido casi todo en su vida y está intentando volver a los rings para ganarse la vida. Tanto el cine de Hancock como en los guiones de Siegel tienen en común la búsqueda inclaudicable de la oportunidad. Esa oportunidad que marca el tiempo exacto para concretar algo. La Oportunidad es como el amanecer, dice el poeta. Si uno espera demasiado se lo pierde.

Narrada con cierta candidez, la película adquiere la fisonomía de un film casi didáctico, lo que se llama “un caso vivo” en una escuela de negocios. Su interés radica en la vigencia de lo que cuenta. Nosotros, como argentinos, también deberíamos preguntarnos porque exportamos porotos de soja cuando podríamos exportar valor agregado vendiendo milanesas de soja. La oportunidad siempre está. Solo depende del momento y del sujeto. El problema es determinar quién, dónde y cuándo.

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