viernes, 25 de agosto de 2017

LA AMANTE (Hedi) de Mohamed Ben Attia


TIEMPOS DE LIBERTAD

Hace casi 50 años, en diciembre de 1967,  se estrenaba en Estados Unidos, un film que marcaría una época: El Graduado. Dirigido por Mike Nichols y protagonizado por Dustín Hoffman y Anne Bancroft, era una comedia que se metía de golpe en la vida de alguien que no sabía qué hacer con su vida. El afiche de la película presentaba la situación diciendo: Este es 
Benjamin, y está algo preocupado por su futuro.

La preocupación de Benjamin, que acababa de graduarse en la universidad, expresaba una situación de incertidumbre frente a la necesidad de comenzar una vida profesional en un mundo que comenzaba a mostrar los primeros signos de la decadencia de una sociedad industrial que comenzaba a transformarse en una sociedad de servicios. Un amigo de su padre le decía que el futuro estaba en los plásticos. Más tarde, la realidad respondió algo diferente.

Los problemas de Hedi son un poco más complejos. Vive en Túnez con su madre. Tiene un empleo de vendedor de autos, pero lo que más le interesa es la ilustración de comics, cuestión  que realiza solo como pasatiempo. Como Benjamin, Hedi también está preocupado sobre su futuro.  Pero su problema es más próximo. Su madre ha arreglado un matrimonio para el cual él no está preparado.

Pero ese es solo un avatar personal. En Túnez se  huelen todavía vientos de cambios. La primavera árabe, como intento revolucionario de una demanda de mayores libertades individuales y democracia como forma de gobierno, que después se replicó en gran parte del mundo árabe,  tuvo nacimiento en aquel país. Muchos de esos cambios fueron gatopardismo puro. Se han cambiado hombres, pero no ha cambiado la situación fundamental que originaba la protesta. La corrupción imperante es la misma. La insatisfacción generalizada y que se expresa como una falta de futuro es la que expresa Hedi en ese viaje hacia la nada que intenta realizar.

Es que Hedi es un personaje estereotipo de un inconformismo que no encuentra respuesta. Parte por su propia personalidad. Parte por la forma en cómo fue criado, la rebelión de Hedi no encontrará el camino tal como no encontró camino la propia Primavera Árabe.
Hedi se ha criado en medio de una estructura regida socialmente por lo religioso y esa estructura rígida lo vuelve rígido a él. El sometimiento al que lo obliga su madre es notable, al igual que las visitas nocturnas a la novia, siempre caracterizadas por su carácter furtivo y apurado.  La representación de su vida familiar y la de su futura esposa representan un mundo absolutamente cerrado, caracterizado por velos que no solo tapan las caras y las distancias impuestas, sino un mundo en el que no todo es santo y también existe la corrupción.

Dentro de esa estructura, Hedi es un muchacho joven que por un lado expresa una rebeldía, pero por otro exige certezas donde no las hay. Él sabe lo que no quiere, pero desconoce lo que quiere. Le cuesta asumir el riesgo del cambio.
Se podría decir que Hedi es un hombre en medio de un desierto en un día nublado. No hay sol ni estrellas que puedan guiarlo. No sabe qué hacer con su vida, pero tampoco tiene los instrumentos para poder elegir un rumbo.

Hedi es la opera prima del tunecino Mohamed Ben Attia, que muestra un serie de virtudes y un equilibrio narrativo realmente sorprendente en una ópera prima aunque Ben Attia tiene una larga trayectoria en la televisión de su país. Su narración es prolija, consistente, y logra establecer un clima de incertidumbre que es la misma falta de certezas que tiene su protagonista. Su mirada existencialista de una vida es notable y parece estar preguntando permanentemente quién soy, que hago aquí y dónde quiero ir.

Financiado por Les Films du Fleuve, productora de los films de los Hermanos Dardenne (entre otros), el film tiene mucho de la impronta de los belgas. La Amante es un film solido en su estructura narrativa, económico en el sentido que solo dice lo que tiene que decir sin perder un solo minuto de su metraje, es conciso y preciso en su mensaje. Así mismo, su puesta en escena es despojada, tendiendo al encierro propio de la situación que describe hasta que el personaje encuentra a Rym, una tunecina mucama de un hotel internacional que ha trabajado en Europa, liberada de las rigideces religiosas, quien será la amante del título. Ella lo sacará a la luz, lo llenará de vida, e incluso le mostrará un camino. No obstante, queda claro que cada cual es dueño de su destino.


Tal vez estemos ante la mejor opera prima del año. La Amante es un film para tener en cuenta. Reflexivo, profundo en su temática, interesante en su puesta en escena, muy bien actuado y fotografiado,  da a conocer a un cineasta y autor que pareciera tener mucho por decir en el futuro.

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