viernes, 8 de septiembre de 2017

LA MAESTRA de Jan Hrebejk

 LA CORRUPCIÓN Y EL MIEDO

Metáfora sobre el poder, su ejercicio y su corrupción, mostrado a través de la labor del proceso de degradación moral que sufre una maestra de escuela primaria que, como miembro y secretaria general del partido comunista en Bratislava durante los años ´80, se siente omnipotente en su puesto desarrollando un sistema de calificaciones a sus alumnos basado en la compensación de favores en lugar del mérito al estudio.

La obra se agiganta en la medida que avanza en la descripción del proceso de corrupción y degeneración de los valores, y se va transformando en una ácida crítica a una sociedad incapaz de rebelarse ante la injusticia, y soportar el peor de los escarnios, aquel que le llega a través de la frustración de los hijos dado por el bajo rendimiento escolar de los mismos. Es la escuela transformada en un espejo de una sociedad estancada por la falta de méritos.

Es también un análisis sobre la disfuncionalidad que provoca la errónea aplicación de un sistema viciado de premios y castigos. Queda claro que los alumnos no responden a los estímulos del aprendizaje toda vez que sus compensaciones no provienen del proceso natural de estudio y aprendizaje sino del intercambio de favores que realiza la maestra con sus padres.
Pero para que exista la corrupción se necesitan dos partes. Es tan corrupto el corruptor como quien es corrompido. En ese aspecto, en la práctica de la corrupción, cuesta dilucidar quién corrompe a quien. ¿Es la maestra la corrupta o es la propia sociedad que la contiene y la alienta? En este caso, la obra indica que la corrupción siempre viene de arriba. Es la maestra la que corrompe y son los padres quienes se dejan corromper. En consecuencia, es el poder quien se corrompe y arrastra al pueblo en su proceso.

Por otra parte, la obra nos lleva al análisis de una época. El comunismo checo, en aquel entonces altamente dependiente de las decisiones de la Unión Soviética, un régimen en el cual el terror y el miedo prevalecían sobre la libertad de la que claramente carecía el pueblo. En ese aspecto, la película muestra una grieta social donde los adictos al poder de turno gozan de determinados privilegios dentro de un sistema donde el mérito no es otro que la adhesión al régimen. Por otro lado, el pueblo, en su inmensa mayoría, se desenvuelve no solo en la escasez sino también en el miedo. La iniciativa personal es descalificada. La adherencia al régimen y sus normas debían ser absolutas. En ese contexto, el accionar de una maestra adicta que da clases en un ámbito de clase trabajadora, no hace otra cosa que recalcar su supremacía e impunidad a través de su sistema de compensaciones, mientras que del otro lado, en el ámbito del alumnado, solo aparece la obediencia, la escasez, y sobre todo, el miedo, que se patentiza en el comportamiento de los padres.

Basada en un guión de Petr Jarchovsky, y dirigida por Jan Hrebejk, dos checos nacidos en Praga a mediados de los ´60, ambos con una prolífica carrera cinematográfica y televisiva, de los cuales solo se ha visto en Argentina  “Lo Mejor de Nosotros” en 2003, afianzan su carrera con esta estupenda obra de madurez creativa, en la que no solo marcan la desesperanza de un régimen que los cobijo por más de 40 años, sino también la frustración que sienten de como ha pasado el tiempo y las malas costumbres no se han perdido. Queda claro que la intención de Jarchovsky Hrebejk es revisar el pasado para reflexionar el presente.

El film nos está mostrando la frustración de toda una generación y el desaprovechamiento de una oportunidad histórica. Filmada en Bratislava, la capital de Eslovaquia, es una película que hereda las virtudes de aquel soberbio cine checo de los 60 y 70, influenciado por la ideas reformistas de aquélla Primavera de Praga, cuando se produce una leve distención del régimen soviético dando lugar a que la intelectualidad checa protestara contra las practicas dictatoriales del partido, dando lugar a que un grupo de cineastas inconformistas dieran a luz una seguidilla de obras brillantes como fueron Milos Forman e Ivan Passer con Al Fuego, Bomberos!, y Los Amores de una Rubia, Vera Chitilová con Locas Margaritas, Jiri Mentzel con Trenes Rigurosamente Vigilados, Karel Kachina con Saltando Charcos, y tantos otros. Todas ellas obras perdurables que siguen siendo parte fundamental del cine moderno.

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