sábado, 28 de octubre de 2017

EL SEDUCTOR de Sofía Coppola

 EL DESEQUILIBRIO MORAL DE LA GUERRA

El Seductor (The Beguiled) , la nueva película de Sofia Coppola que le dio la satisfacción de ganar la Palma a la Mejor Dirección durante la última edición del Festival de Cannes en mayo pasado, es una buena película en la que la directora luce todas sus destrezas acompañada por el director de fotografía Philippe Le Sourd, un francés capaz de crear climas increíbles sobre quien recaen algunos de los mayores méritos de la película.

El film es una remake de El Engaño, un film de 1971 dirigido por Don Siegel y protagonizado por Clint Eastwood y Geraldine Page. Tanto esta versión de Siegel como la actual de Sofía Coppola, están basadas en la novela de Thomas Cullinan, un escritor, novelista y dramaturgo americano con amplia trayectoria en la televisión.

La comparación entre ambos films se hace inevitable. La historia transcurre en los momentos finales de la guerra de Secesión en los Estados Unidos, la cual tuvo lugar entre 1861 y 1865. En las tierras del sur, en medio de un bosque, una niña perteneciente a un colegio de señoritas, encuentra a un soldado del norte herido en una pierna. La niña, con toda candidez, lo ayuda a llegar al colegio donde la directora del mismo decide ampararlo y darle ayuda hospitalaria.

El film plantea el desbalance que produce la introducción de un hombre en un ambiente fundamentalmente femenino. La vida del colegio se ve alterada ante la presencia del intruso. No hay en el Colegio una población muy grande. Son tan solo 6 mujeres las que han quedado en el colegio, tres de la cuales son niñas, una es adolescente y de las dos mayores, una es profesora de idiomas y la otra la dueña y regente del colegio.

Ambas películas siguen fielmente la novela de Cullinan, pero lo hacen de manera diferente. El film de Siegel, filmado a principios de los 70 está influenciado por el Giallo, un estilo que proviene del policial italiano liderado por Mario Baba en los 60 y perfeccionado por Darío Argento en los 70. Ese estilo se caracterizaba por la predominancia de los colores amarillos y del ocre en la fotografía, y la truculencia, lo morboso y cierta tendencia a lo psicoanalítico, y que comenzó a influenciar en el cine americano desde que Eastwood se hizo famoso en Italia filmando los spaguetti westerns. De esta manera, El Extraño resultaba un film explosivo y demencial, tal como lo que representaba, es decir, un conflicto en un colegio en medio de la Guerra de Secesión. Fue un film que pasó sin pena ni gloria en la filmografía de Eastwood pero que termino solventando la fama de Siegel como director de culto.

Por el contrario, el film de Coppola es una lección de buen gusto, un film afrancesado que abreva en obras como las de Eric Rohmer, donde la pintura de ambientes y situaciones planteadas tienden a la solución de dilemas morales. Aquí, películas como La Marquesa de Os   y La Inglesa y el Duque dicen presente. El énfasis se pone en el establecimiento, su orden jerárquico, donde la represión de los sentidos parece impuesta por la guerra pero que en realidad responde al más propio puritanismo sureño, o sea, a una forma de ser.

Aquí, la atracción del soldado herido se da en forma uniforme en ese universo de 6 mujeres cuyas edades van desde la infancia hasta la madurez, que se ven conmovidas y atraídas ante la presencia de un soldado enemigo, un extraño que aparece repentinamente desordenando el orden del establecimiento pero sobretodo corrompiendo el orden moral.

No obstante ello, en ese mundo tan especial de mujeres solas y solitarias, en ese mundo encerrado cuyos límites son las propias paredes de ese colegio,  se ve alterada por una presencia masculina que prontamente despierta un sinfin de deseos y pasiones insatisfechas que se encontraban adormecidas y reprimidas por el transcurso de la guerra. En ese despertar afloran naturalmente los conflictos pero es como si esa línea imaginaria entre norte y sur que establece a raíz de la Guerra de Secesión, se mantuviera en el colegio uniendo al bando principal frente a ese enemigo, un simple hombre que por sobre todas las cosas es un soldado., un cabo norteño.  Una división entre norte y sur que ha cruzado la historia norteamericana dejando profundas secuelas como la segregación racial durante dos siglos.

El film de Sofía Coppola está muy prolijamente realizado, con una puesta en escena sumamente esteticista, que llena de brumas al ambiente entre tonos celestes, grises y blancos provocando un aire de ensoñación muy diferente al realismo que Don Siegel le imponía a su versión anterior. Pero el resultado obtenido es el de un film muy frio, muy intelectualizado que distancia y aísla al espectador de los conflictos narrados. En síntesis, esta película representa también esa dualidad de la directora, tan capaz de realizar obras tan emparentadas con la frialdad como es el caso de María Antonieta (2006) o Somewhere (2010), como obras que tocan la sensibilidad del espectador tales como Las Vírgenes Suicidas (1999) o Lost in Translation (2003), que en mi opinión, son sus obras más interesantes.

jueves, 26 de octubre de 2017

THE MOUNTAIN BETWEEN US de Hanny Abu-Asad


MÁS ALLÁ DE LAS MONTAÑAS

Después de dos filmes potentes y estresantes que buscan la reflexión del espectador respecto del conflicto palestino – israelí en Paradise Now (2005) y Omar (2013), Hanny Abu-Asad llega con esta obra filmada en los Estados Unidos donde el director narra, a través de la crónica de un accidente de aviación, una historia de supervivencia.

Dos extraños que se encuentran en un aeropuerto. Cancelación de vuelos. Situación Límite. Alquilan un taxi avión que sufre una avería y se estrella contra una montaña. El piloto muere. Los dos pasajeros sobreviven. Quedan incomunicados. Nadie sabe dónde están. No tienen comida. Apenas pueden hacer fuego. La historia narrada hace recordar al accidente ocurrido en 1972 de los rugbiers uruguayos en la Cordillera de los Andes.

Pocas probabilidades de sobrevivencia: Necesidad de creer en Dios, mantener la moral alta y el optimismo ante la situación adversa, y ser fuerte de espíritu son las consignas básicas.

Un hombre y una mujer solos en el mundo acompañados por un perro. Historia de una relación que nace, se crea, y se fortalece. La comprensión de la situación lleva a entender que cada uno depende de sí mismo pero sobretodo del otro. El sentido de la solidaridad se impone por encima de cada interés personal de cada uno.

Los personajes se encuentran en una situación límite. Sufren necesidades extremas sin ninguna posibilidad de ayuda. Viven una situación terminal. Es un fin y puede ser un principio. Dependen de sí mismos. Ya no serán los mismos. La situación límite los une como si fueran el último hombre y la última mujer sobre la tierra. No queda otra posibilidad que intentar salir del lugar. Comienzan a desarrollar un sentimiento hacia el otro más allá de la necesidad y del amor. Generan una mutua dependencia. Toman conciencia que necesitan uno del otro. La unión hace la fuerza.

Acá hacemos un paréntesis y volvemos a la obra de Abu-Asad. Un director comprometido con el conflicto árabe-israelí, como lo demostraron sus dos films anteriores.  Es también un guionista que se apasiona frente a los dilemas morales. En Paradise Now dos militantes palestinos cruzan la frontera para poner una bomba en una boda.  Algo falla en el cruce de la frontera y quedan separados. Uno está dispuesto a cumplir con su misión mientras que el otro, entra en la duda. ¿Está cumpliendo verdaderamente con la voluntad de Dios? En Omar, un joven palestino acepta trabajar como informante israelí después que se le engaña para que reconozca su culpabilidad. La duda se relaciona con el entorno. ¿Quién está de tu lado y quien es capaz de entregarte?

En su nuevo film, el dilema es esperar el rescate o abandonar el lugar del accidente y encontrar un camino. Sobrevivir o morir. Dejar de ser ellos para transformarse en dos criaturas de la montaña y el bosque en busca de una salda. Frente a la tragedia que enfrentan no puede hacer otra cosa que unirse frente a la adversidad. Abu-Asad es un artista que pone los sentimientos y los valores humanos por sobre la política. Sus personajes siempre tienen una opción pero nunca tienen la respuesta. En Más Allá de las Montañas, lejos del conflicto de Medio Oriente, parece encontrar en el amor por la vida una respuesta que lo lleva a privilegiar la sobrevivencia como único camino de la construcción del futuro. Su nuevo film, entre líneas, transmite la necesidad de aprender a vivir en paz.

El final rompe la rigurosidad de la historia contada. Si bien estamos ante una historia que narra una situación extrema, y que el destino les ha permitido sobrevivir a un accidente, la convencionalidad de la historia prevalece sobre cualquier otro mensaje. En ese aspecto, este nuevo film habla de la versatilidad de un director tan capaz de realizar films tan personales y comprometidos con los mencionados, como hacer un producto típicamente hollywoodense aunque con mayores ambiciones que la de un típico film de catástrofe.

Película con moraleja. Bien realizada, algo obvia, previsible, aunque muy clara en su mensaje, recordando la necesidad de mantener confianza en uno mismo. Ser positivo en todo momento. No dejarse llevar por la situación. No deprimirse. Estar permanentemente activo. Buscar soluciones, salidas y atajos. En algún lugar siempre está la salida.

jueves, 19 de octubre de 2017

50 PRIMAVERAS de Blandine Lenoir



AURORA

50 Primaveras es el retrato de una mujer de 50 años, separada, con dos hijas, que va a ser abuela, y se encuentra en plena menopausia.

El film, inteligentemente, contrapone estos dos momentos de la vida de una mujer. En un primer plano, a través de la relación que la protagonista mantiene con sus hijas. En un segundo plano, en el encuentro con un amigo que la retrotrae a su propia adolescencia, a sus recuerdos y amores de juventud. La menopausia contrapuesta contra adolescencia quedan así marcadas como dos edades transitorias que conducen inevitablemente a etapas más importantes. En el primer caso, la adultez. En el segundo, la vejez. Es la vida que te alcanza…

Pero la película también propone varios retratos generacionales. En primer lugar, la de su propia generación, la de Aurora. En segundo, la de sus hijas. Esto permite una comparación entre dos momentos diferentes. Lo que en una época era rebeldía pura, en la otra es una libertad casi ilimitada. La dulzura de una surcada por recuerdos de bellas baladas, los primeros amores, las ansias de estudiar y ser alguien en la vida contra las dificultades del presente, los divorcios, la falta de trabajo, la soledad, el anuncio del abuelazgo.

Pero dentro de ese espacio que marca una menopausia que no acaba de irse y esa búsqueda insatisfactoria de un trabajo digno que cuesta conseguir, aparece ese anuncio de abuelazgo, una luz que renueva las ganas de vivir, un signo que nos dice que la vida continúa, que debemos viviría de la mejor manera y que el futuro es posible si somos positivos, dejamos la soledad de lado y apostamos a la compañía del otro.

El film está cruzado por un par de historias de amores no correspondidos, de inseguridades no superadas, de padres ausentes, en fin, de una realidad que no ha sido la soñada. Pero también es un film dulce, positivo, lleno de esperanza que no condena a sus personajes por sus faltas sino que los empuja a seguir sus sentimientos, y mantener la esperanza. Un film cuyos valores están la amistad y el amor por lo hijos.

Agnés Jaoui, actriz, escritora y directora (El Gusto de los Otros, 2000; Como una Imagen, 2004, entre otras), es Aurora Tabor, la protagonista casi absoluta alrededor de la cual gira toda la película. La Jaoui es una gran actriz, especialmente dotada para la comedia. Aquí aprovecha cada instancia del guión y se apodera de la película haciéndola un film digno de ver.

Pero los méritos de Jaoui no alcanzan por si solos. Detrás de ella está Blandine Lenoir, directora (Zouzou, 2014), escritora y también actriz que en esta película no actúa, pero escribe y dirige. Y en la belleza de su guión, en su condición femenina y el entendimiento del personaje, Lenoir transforma el film en un pedacito de vida que late con luz propia.

Notable film francés, espontáneo, muy bien actuado, interesante en su contenido, cinematográficamente bien realizado, que describe el mundo desde una mirada especialmente femenina, pero lo hace con una lucidez que termina yendo mucho más allá del interés de sus personajes para transformarse en una mirada muy dulce sobre la vida moderna y sus problemas. 50 Primaveras es una comedia a la francesa, donde más que puertas que se abren y se cierran, describe un mundo de personajes muy humanos, queribles y creíbles. 

viernes, 13 de octubre de 2017

UN MINUTO DE GLORIA (SLAVA) de Kristina Grozeva y Petar Valchanov


 SON SOLO 101 MINUTOS, POR FAVOR!!

Tzanko Petrov, obrero tartamudo que limpia las vías del ferrocarril, encuentra una bosa de dinero, y lo denuncia a las autoridades. El ferrocarril reconoce su buena acción y lo premia. Le regala un reloj. A los efectos de tomar la foto del premio, debe  sacarse su antiguo reloj, regalo de su padre de un enorme valor afectivo, que va a parar a las manos de la Julia Staikova, la Ministra de Transportes de la Nación, que lo pierde…

En este simple comienzo nos damos cuenta que estamos otra vez frente a una película extraordinaria del dúo Grozeva – Valchanov. Nuevamente juntos en el guión y la dirección de la película, vuelven a ponernos ante una serie de dilemas morales que generan no solo un film interesante sino también muy bien realizado y entretenido. La cuestión planteada deriva inesperadamente en un hecho de corrupción. Los corruptos buscarán un culpable. Y la burocracia existente terminará avanzando peligrosamente sobre los derechos individuales de nuestro héroe.

Tremendo análisis sobre la corrupción, la burocracia estatal, la falta de solidaridad, el arribismo a cualquier precio, la falta de escrúpulos de los funcionarios públicos, las mafias existentes que terminan mostrando que tanto allá como acá se carece de transparencia en los actos públicos. Es tan interesante la degradación que sufre el personaje principal a manos del Estado como lo es la dualidad de la Ministra que se debate entre la conservación de su puesto y su necesidad de ser madre, sometiéndose en ambos casos a un fino proceso de degradación moral y personal.

Pero más allá de ello Un Minuto de Gloria es un film inspirado y profundo que inexorablemente nos lleva a pensar en nuestro propio cine y su incapacidad para tratar temas como este que por otra parte son tapa en los diarios argentinos de todos los días desde hace muchos años. Y que conste que no lo digo para denunciar los casos conocidos que de una u otra forma ya están en manos de la justicia. Lo digo con el propósito de poner en la palestra estos temas que parecen haberse enquistado en el ser argentino y que ha comenzado a minar la moral de nuestros hijos como hemos visto recientemente en la responsabilidad que les cabe en las denuncias sobre potenciales bombas en los colegios con el solo fin de desalojarlos y evitar tener que hacer el examen del día. Si nuestros hijos se están corrompiendo, qué podemos esperar del futuro.

No es que estoy a favor de un cine didáctico ni moralista. Pero estoy considerando como ejemplo a seguir a este film búlgaro, porque su tema, su análisis, su desarrollo tiene alcances universales. Ello es que cualquiera puede acceder, entender e interesarse en la propuesta de este tipo de films, sacar sus propias conclusiones, y mirarse en un espejo para ver si está libre de la denuncia.

Tanto La Lección el año pasado, como Un Minuto de Gloria este año, nos han puesto frente a un cine que propone el debate moral. No sé cuanta gente vió La Lección el año pasado, ni cuanta gente ira as ver éste estreno de la presente semana, pero lo cierto es que nos pone ante un cine necesario que induce la discusión y que muestra el mal que provoca la corrupción. Esta película me pareció muy interesante, muy bien hecha, posee un poder de síntesis notable, va al grano de la cuestión sin tapujos, desarrolla su tema con claridad y no deja dudas sobre su objetivo.

Incluso si dejamos de ver el film desde lo individual y comenzamos a verlo desde su costado social, observamos que si bien las víctimas de la corrupción somos todos, seguramente, quienes más pierden son aquellas franjas que se encuentran socialmente más expuestas dado que son las que más necesitan de un Estado benefactor, el cual es expoliado por la corrupción.

De alguna manera, el infierno en que deriva la vida de Tzanko Petrov me hace recordar al tour surrealista que Martin Scorsese le impone a Paul Hacket en aquella noche interminable de After Hours, En ésta, el grado de acidez es mayor. Demás está decir que tanto la actuación, interpretada por dos grandes actores búlgaros Stefan Denolyubov y la gran Margita Gosheva, como el guión y la dirección de esta película me parecieron excelentes.

sábado, 7 de octubre de 2017

UN BELLO SOL INTERIOR de Claire Denis

 JULIETTE, JE T`AIME

Hacía mucho tiempo que no se estrenaba comercialmente una película de Claire Denis en Argentina. Se vió Una Mujer en África en el Festival de Mar del Plata en 2014 (se repitió en el BAFICI 2015), donde contamos con su presencia y disfrutamos de una Master Class donde se explayó con gran simpatía sobre su presente, su cine y su manera de hacerlo. Pero fuera de los festivales, debemos  remitirnos muchos años atrás, concretamente a fines de los 90, para encontrarnos con el estreno de aquella notable obra que fue Bella Tarea.  

Afortunadamente, este bello sol interior protagonizado por Juliette Binoche, llegó a las salas porteñas con puntualidad. Y qué podemos decir? Juliette se roba la película.
Inmenso retrato de una mujer de unos 50 años, magníficamente interpretada por la Binoche, una actriz extraordinaria, sensible y sensual que centraliza mágicamente el relato a través del cual pasaran cuatro hombres con los que intenta generar una relación estable.

El film no solo describe la vida y los sentimientos de una mujer que en su madurez aún se siente joven sino que va más allá y aborda la precariedad de las relaciones en el  mundo moderno. Isabelle es una pintora separada de su marido con el que alterna la tenencia de su hija de 10 años. Ciertamente, Isabelle no es una mujer sola. Vive rodeada de amigos y pretendientes. Pero su soledad es inmensa. La incapacidad de generar una relación duradera, incluso de compañerismo con alguno de los hombres que llegan a su lado se hace absolutamente imposible. 

Claire Denis enfoca este tema con madurez y crudeza. Las relaciones que plantea son circunstanciales. Hay en todas ellas una explicito interés por la sexualidad antes que el amor, la compañía o incluso la amistad. Observa con crudeza un mundo que pareciera estar regido por lo sexual, y que por otra parte,  la falta de satisfacción y desarrollo de relaciones más estables, daría lugar a una precariedad e inestabilidad de las relaciones humanas que estaría condicionando al mundo a vivir en soledad. No es casual el incremento en la cantidad de divorcios ni la precariedad que muestra la pareja moderna. Ello deja ver cambios sociales importantes donde, en síntesis, el materialismo de una época se impone sobre la espiritualidad.

Cinematográficamente, Denis aprovecha el talento de la actriz y prácticamente nos cuenta su derrotero en extraordinarios primeros planos que solo una gran actriz como la Binoche puede soportar. Es remarcable también la escena que transcurre en un boliche nocturno donde conoce a alguien con quien baila. En la banda de sonido suena Etta James con su inolvidable versión de At Last. Es un momento donde Isabelle parece disfrutar del baile en un momento de profunda comunión con su circunstancial pareja. Posiblemente, sea el momento de mayor espiritualidad de todo el film.

El final depara una sorpresa. Aparece Gerard Depardieu haciendo de un vidente. Isabelle pasa revista a todas sus relaciones. El vidente la atiende con la solemnidad de una psicoanalista. En ese momento de extraordinaria franqueza e intimidad, Isabelle parece tomar conciencia del paso del tiempo y comprender, que solo el tiempo es capaz de curar heridas, otorgar experiencia, y enseñar a esperar.

viernes, 6 de octubre de 2017

BLADE RUNNER 2049 de Dennis Villeneuve



SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS

Ridley Scott, un productor y director británico proveniente de la televisión, había dado muestras de su capacidad y talento artístico  en Los Duelistas (1977). Su película había sido premiada en el Festival de Cannes como mejor ópera prima. Dos años más tarde, le llega el reconocimiento comercial e internacional con el suceso de Alien, El Octavo Pasajero, un film de terror gótico que ocurría en el espacio. Su tercera película lo transformaría en un director de culto. En 1982 dirige Blade Runner basada en una novela Philippe Dick. La película se estrena sin mucho ruido, pero comienza a funcionar gracias a la recomendación del boca en boca que la transforma en un éxito que marca a toda una generación. La carrera de Ridley Scott, tanto como director como productor, siguió por ese camino.

Segundas partes nunca fueron buenas. Ello no sucedió en la filmografía de Scott. El Alien tuvo 5 secuelas y dos precuelas. Ahora, el viejo Ridley, vuelve al estante de los recuerdos y desempolva el Blade Runner. Han pasado 35 años desde 1982. En 1998 ya intentó rescatarla y publicó la edición del corte del director, sugiriendo que Deckard podría ser un humanoide. Tocar una obra maestra podría haber sido un sacrilegio. Sin embargo, Scott logró interesar con el cambio.

Ahora, decide volver con la continuación de Blade Runner. Con estas intenciones contrata a Dennis Villeneuve como director. Encarga a Hanpton Francher y  Michael Green escribir una secuela, llama a Roger Deakins (habitual colaborador de los Hermanos Coen) para que haga la fotografía, y él mismo (Scott) se pone a cargo de la producción de la nueva idea que transcurrirá en 2049. El resultado es una obra totalmente innecesaria de dos horas y 40 minutos (mucho más larga que la original), en la que un nuevo Blade Runner (Ryan Gosling), totalmente enamorado de una mujer virtual y comandado por una jefa  que protagoniza Robin Wright, es encargado de eliminar una serie de replicantes. Hasta allí no hay grandes diferencias con el original. Pero 2049 será un mundo mucho más decadente y más tecnológico que 2022. La diferencia entre la vieja y la nueva versión no está en la historia que cuenta sino en su mensaje. Mientras en la vieja versión los replicantes se preguntaban de dónde vinimos, quiénes somos y adónde vamos, en el 2049 de la película, en un mundo prácticamente manejado por las máquinas (es el mundo del futuro que plantea Terminator) solo pueden preguntarse dónde estará la salvación, y si acaso, habrá algún nuevo Mesías que pueda salvarlos.

Es precisamente en aquel momento donde la primera película se volvía trascendente. Los replicantes se hacían las mismas preguntan que nos hacemos los seres humanos. Deckard los escuchaba, y los entendía en una escena absolutamente antológica del cine. Comenzaba a comprenderlos y entraba él mismo en una duda de tipo existencial entre su actividad que era cazarlos, o dejarlos libres como semi hombres que eran. Para colmo de males se enamoraba de la replicante Rachel.

En esta secuela que se estrenó ayer, El Blade Runner K de Ryan Gosling no tiene alternativa. Vive en un mundo totalmente tecnológico y decadente, carente de esperanza donde las maquinas son las que imponen condiciones al hombre. Esta falta de alternativa vuelve a la película fría como una gema. La historia se alarga sin profundidad alguna solo para justificar la apreciada entrada de Deckard (Harrison Ford) que devuelve, con su sola presencia,  el interés que está basado en la acción pura del tramo final de la película. La cuestión filosófica derivada del poder de las maquinas sobre los hombres queda en una mera enunciación que es meramente un dato.

Dennis Villeneuve se siente como forzado a trabajar con todo este material y solo genera repetición, confusión y cansancio. A medida que transcurre el metraje, uno va sintiendo que la película hace denodados esfuerzos por mantenerse parada y despierta. Es muy difícil, diría que hasta innecesario, tratar de hacer continuar un film de  culto como Blade Runner. A muchos nos marcó una época. Cada cual la entendió como quiso o como pudo dado que su final era muy abierto. Ridley Scott, con el tiempo, siempre ha querido volver a ella. Obviamente, es su obra maestra, y el maestro Ridley es un perfeccionista. Puedo entender su intención de continuarla más allá del negocio cinematográfico. No obstante, ésta continuación no agrega nada.


Blade Runner 2049 es una película ambiciosa y fallida, con una puesta en escena deslumbrante debida sobre todo a un fotógrafo que maneja los excesos de luz en forma magistral, pero dirigida por un director al que el material se le va de las manos (ya le había ocurrido esto en 2016 con La Llegada). En consecuencia, el film es una cascara de huevo sin nada de yema dentro, en la que escenógrafos, músicos, actores han hecho denodados esfuerzos para reflotar y realizar una secuela de una película de culto, pero solo han lograda reflotar el mito de Blade Runner y tal vez, hacer que muchos jóvenes se interesen por verla.

martes, 3 de octubre de 2017

ZAMA de Lucrecia Martel



LA ESPERA Y LA NADA

Lucrecia Martel tuvo que esperar muchos años para concretar este proyecto. Tuvo dificultades de todo tipo. Finalmente logró reunir una cantidad importante de productores y logró darse el gusto de adaptar y filmar el libro de Antonio di Benedetto.

Cuando tanta gente participa de una producción me pregunto cuánta es la libertad personal que le queda a una autora como la Martel. Actores, fotógrafo, músicos, productores montajistas, idiomas utilizados de diferentes nacionalidades. El resultado es el mismo que tomar una botella de leche y mezclarla con diferentes sustancias ácidas. Lo más probable es que la leche se  corte. Y eso es lo que le pasa a Zama.

Lamentablemente, un conjunto de buenas actuaciones, una fotografía estupenda, temas musicales bien elegidos, un buen libro no logran cuajar y son desaprovechadas por la directora que a toda costa desea darse un gusto personal logrando solo una película que se hace insoportablemente lenta y larga para llegar a una conclusión que pareciera cantada desde el principio mismo del film.

Cuando un film argentino muy esperado y seleccionado para representarnos en los premios Oscar y Goya comienza con la sala medio vacía a 35 pesos la entrada, termina sin aplausos y la opinión de una columna especializada como la de Otros Cines está dividida, creo que estamos en dificultades como industria. Y no deberíamos olvidar que la cinematografía y la televisión son industrias del futuro.

ANALIS de Anahí Berneri



UNA VIDA AL BORDE DEL ABISMO

ANALIS es una gran película, muy bien dirigida y excelentemente actuada. El cine de Anahí Berneri se caracteriza por destacar el elemento femenino. Ya realizó varias pinturas de caracteres fronterizos ciertamente muy interesantes logrando excelentes actuaciones de sus actrices. En 2007 dirigió a Silvia Perez que interpreta a ENCARNACIÒN, una actriz de variedades fuertemente rechazada por una familia  conservadora que no aceptaba su trabajo de vedette. En 2010,  a Erica Rivas, en POR TU CULPA, a una madre desesperada y desequilibrada, que posiblemente había lastimado a su hijo en una noche de ira. Ahora, describe a Alanis, una prostituta del Once, otra madre que queda literalmente en la calle con su crio. Todas estas mujeres de Berneri están al borde de un precipicio. Todas ellas sienten una especie de rechazo social por su actividad o estado. Su dirección siempre ha hecho brillar a sus actrices. En todas sus películas, también ha sido responsable de sus guiones. Escribe bien. Dirige mejor.

Su cine abreva en el realismo,  sus imágenes despojadas, y su cine de fuerte contenido testimonial trae recuerdos del neorrealismo italiano (Alanis parece una prima lejana de Nadia (Annie Girardot), la novia de Alain Delon en ROCCO Y SUS HERMANOS, y también presenta la fuerza arrolladora de la Pina de Anna Magnani en ROMA, CIUDAD ABIERTA, e incluso se observan ciertos parecidos en la utilización de primeros planos de PROSTITUTA de Ken Russell.

Su película destaca  no solo por la excelente pintura del personaje sino también porque funciona como denuncia social: el allanamiento de la vivienda demorando por más de 5 días a la inquilina del lugar, la falta de recursos para pagar a un abogado, la actitud mediocre del propietario de la vivienda, el desalojo forzado, la apropiación y defensa de espacio público de parte de las prostitutas que trabajan en Plaza Miserere. Pero por otro lado, también es notable la pintura de la solidaridad de la amiga que la aloja (Silvina Sabater), el equilibrio y contención de su compañero, la marginalidad que determina la clandestinidad del sexo y la droga, la propia miserabilidad de la protagonista robándole dinero a la amiga que la ayuda.

El trabajo de guión de Berneri es estupendo. Es sólido y de una estructura dramática contundente que le permite a la directora lucirse con una variedad de recursos cinematográficos que van de primeros planos a planos generales, incluso planos secuencias como la escena del coito en el hotel, que generan una puesta en escena austera, muy equilibrada y muy significativa de una situación social.

Además, hay que destacar que entre los grandes aciertos de Berneri, el de la elección del elenco es el mayor. El grupo de actores que la acompaña es excelente y el trabajo de Sofia Gala Castiglione  impecable. Su Alanis cobra vida en la primera escena de la película y se mantiene durante todo el film con pareja intensidad. Es una labor claramente consagratoria que incluso le ha valido el premio Concha de Plata en la última edición de San Sebastian, al igual que el premio como Mejor Dirección a Anahí Berneri.

El film de Berneri dará que hablar y provocará recuerdo. Es un film adulto, una notable pintura social que provoca la reflexión.  Es también una visión humanista de uno de los problemas sociales que nos aquejan en la que Berneri no ve una salida. El círculo vicioso que describe la película es contundente: Bajo nivel de educación, falta de trabajo, prostitución, embarazo,  nacimiento de hijos, ausencia de padres, mayor necesidad de dinero. El regreso a la prostitución forma parte de una rueda que inevitablemente no se puede detener.