El Informante (Mark Felt: El Hombre que Derrumbó la Casa
Blanca) remite a sucesos históricos ocurridos en los Estados Unidos de América
en 1972 durante la campaña política correspondiente a las elecciones
presidenciales de ese año. Como pudo comprobarse más tarde, la campaña fue
objeto de escuchas clandestinas originadas en la Casa Blanca dentro del Comité
Nacional del Partido Demócrata.
El Informante es Mark Felt, agente de carrera del FBI, el
número 2 detrás del Jefe histórico de la institución: Edgard J. Hoover. La
película comienza el día de la muerte de Hoover, en plena campaña electoral por
la presidencia de los Estados Unidos. Sorpresivamente, la Casa Blanca decide cubrir
el puesto de Hoover con un sujeto político, alguien ajeno a la carrera del FBI,
históricamente una institución independiente del poder político.
La prevalencia de lo político sobre lo policial, la
necesidad de cubrir los abusos del partido gobernante, la imposibilidad de llevar a cabo la
investigación de los sucesos ocurridos hasta sus últimas consecuencias, hacen
que Mark Felt decida transformarse en un soplón en bien de su país. Esto
constituye una gran paradoja porque mientras los periodistas que dan la cara
por la investigación se transforman en dos estrellas del periodismo americano, Felt,
no solo no es ascendido de acuerdo a sus merecimientos, sino que le llega la
baja del FBI por 30 años de servicios, y su existencia es tan solo recordada
por el sobrenombre que los periodistas decidieron darle a su informante:
Garganta Profunda.
Como antecedente de esta historia, en 1976, Alan Pakula
filmo Todos los Hombres del Presidente y erigió a los periodistas de
investigación del Washington Post, Woodward y Berstein, en dos héroes
nacionales en un país necesitado de heroicidad después del retiro sin pena ni
gloria de las tropas de Vietnam. Ahora, otra vez en una noche bastante negra
para la política americana, aparece este riguroso film de Peter Landesman haciendo
recordar los manejos poco ortodoxos de la Casa Blanca.
El Informante es un thriller político que se apoya en tres cuestiones:
1) La muerte de Edgard J. Hoover. 2) La decepción personal de Mark Felt de no
poder acceder al cargo de director del FBI. 3) Sus problemas familiares
derivados de una hija desaparecida tras el movimiento hippie.
Felt, desde el comienzo del film, es un hombre en jaque. La
sorpresiva muerte de Hoover abre un abismo toda vez que era bien conocido que
el máximo detective de los Estados Unidos contaba los archivos secretos mejor
organizado del país a través de los cuales tenía capacidad para acceder a los
secretos de cualquier persona cercana a las esferas del poder. La necesaria desaparición de esos archivos se
vuelve crucial para Felt ni bien se entera que él no será su sucesor, lo cual termina
por ser no bien visto por el nuevo mando político.
Paralelamente, esta cuestión le crea un resentimiento. Sabe
que un advenedizo político ahora es el nuevo director del FBI ocupando el
puesto por el cual él ha hecho suficientes méritos durante 30 años. Como
consecuencia de ello, él, un hombre de carrera debe someterse al ocultamiento
de la verdad, tolerar la mentira y dar paso a la arbitrariedad. Ahora la Casa
Blanca da las órdenes cuando por ley el FBI ha sido siempre un organismo independiente
del poder de turno. Además, no tiene dudas sobre lo que está sucediendo. El
espionaje en el Partido Demócrata es una realidad que constituye un delito.
Todo el mundo prefiere mirar para otro lado aunque todas las pruebas conducen
al mismo lugar.
Felt es un hombre encerrado entre una verdad que conoce y un
relato mentiroso que se quiere imponer. Demócrata declarado, claramente contrario
al gobierno de Richard Nixon, queda encerrado entre el deber moral y el deber
jerárquico. Claramente, no puede confiar en nadie. Está dolido, solo, con
problemas familiares. No tiene salida. Por el bien de la Nación, decide hablar
con el Washington Post. Lo hará en forma clandestina. El propio diario protegerá
su fuente. De ahora en más, el informante será Garganta Profunda. Los artículos
del diario darán a conocer la verdad. El resto es historia conocida.
Pero la vida personal de Felt continua sumergida en su
propio infierno. Con graves problemas conyugales derivados de 13 mudanzas a
través del territorio americano durante 30 años de servicio, de una esposa que
le factura cada acto de su vida y no le perdona que pierda una oportunidad que
constituye su sueño de toda una vida al servicio de la nación: la Jefatura del
FBI, objetivo por el cual ha hecho todos los sacrificios personales y
familiares por los que ahora sufre. Además, está el asunto irresuelto de la perdida
de una hija que se ha ido de la casa por desavenencias familiares, y a la cual,
y como una cruel paradoja, no logra encontrar. Su vida familiar es un infierno
que lo hace sentir culpable.
La película gira enteramente en torno del personaje de Felt
que magistralmente interpreta Liam Neeson en una actuación que seguramente va
hacia una candidatura del Oscar.
Estas encrucijadas existenciales en la que se ve envuelto
Felt hacen del film una obra atrapante, sumamente interesante, cargada de
suspenso pese a que los acontecimientos narrados son de carácter públicos e
históricos. Modelado como un thriller político, de la mano de un director que
es también autor de la novela en la que está basada la película y del muy buen
guión de la misma, el film cobra una altura inusitada y sobresale, ya no como
drama histórico que lo es, sino como un film de carácter intimista relativo a
una persona que se debate entre el ser y deber.
Peter Landesman, que escribió y dirigió la película cuenta
con 3 films en su haber: Parkland en 2013; Concussion (La Verdad Duele) en 2015;
y esta que estamos comentando. No solo demuestra ser un gran escritor sino
también un muy buen director. La creación de climas y el suspenso, la utilización
de primeros planos generando un ambiente muy íntimo y de cierta claustrofobia
que, apoyados por una música incidental muy adecuada, llevan a la descripción
del mundo interior del personaje, el sufrimiento de un hombre alterado por el
conocimiento de una verdad vergonzosa que lo empuja a la delación, hacen de
este film más que un thriller político, un film intimista sobre un hombre
burlado por el destino.
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