LA TRANQUILIDAD APARENTE
Primer largometraje de la escenógrafa, escritora y directora
Maha Haj, una mujer nacida en Nazaret en 1970, lugar donde además, ocurre la
acción de la película. Como antecedente inmediato, podemos apuntar que Maha Haj
ha trabajado como escenógrafa de Elía Zuleiman, el director palestino de
Intervención Divina (2002).
La acción transcurre en Nazaret donde vive una pareja de
ancianos que tienen tres hijos, uno que está radicado en Suecia, y espera la
visita de sus padres. En Ramallah, a
unos 90 km de Nazaret, vive los otros dos: Tarek, el eterno hijo solterón y su
hermana, quien está embarazada a punto de tener familia mientras su marido, un mecánico
de autos, ha conseguido un trabajo como actor en una película americana que se
está filmando, y que pareciera ser la contracara de la película que estamos
viendo.
El film se plantea como una comedia situacional regido por
un humor muy fino que bordea lo absurdo. Es que esas vidas familiares separadas
por unos pocos kilómetros de distancia están retratando unas condiciones que
sumergen la vida en un estado de violencia bajo la apariencia del respeto por
la ley bajo la cual impera una situación política incierta que condiciona la
vida tanto de un lado como para el otro, toda vez que alguna escaramuza de
carácter terrorista es respondida del otro lado con el poder de la violencia.
La pintura de Maha Haj, con mucha ironía e inteligencia,
transforma esta situación tensionada en un retrato casi bucólico de la realidad
donde la alienación de los personajes aparece en todo momento generando una
situación levemente desestabilizante de un estado alterado por la naturaleza
del conflicto que subyace inevitablemente en la vida de cada uno.
Con un tema delicado, la directora sabe ordenar sus fichas
para que su mensaje quede claro, sin que se preste a confusión alguna. Los
personajes de Haj son educados, tienen posibilidades de trabajo dentro y fuera
del país, pero el amor por su tierra, sus vínculos familiares, sus amigos, la
gente con la que han convivido años de guerra los hacen elegir por quedarse. En
ese quedarse, radica el conflicto individual en medio de una situación en la
que los violentos practican terrorismo y los pacíficos el “no te metas”,
generando una sociedad desigual y frustrante llena de límites, fronteras y
hasta muros interiores.
Maha Haj dirige el film con mucho tacto, utilizando un medio tono que apenas genera una sonrisa en el espectador pero nunca una carcajada. De la misma manera maneja el polo opuesto. Cuando la cuestión se acerca a la tragedia, aparece la situación risueña, vuelve a reinar la comedia y el film recupera su equilibrio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario