viernes, 6 de abril de 2018

LA CIAMBRA de Jonás Carpignano


¿DÓNDE ESTÁN LOS GITANOS FELICES?

No conocía el cine de Carpignano, un joven director neoyorkino de origen italiano, cuyo segundo film, La Ciambra, se estrenó en Buenos aires. Su primera película, Mediterránea, permanece aún sin estrenar.

El film es una historia sobre una familia de gitanos que trascurre en La Ciambra, un villa miseria en Sicilia, en el sur de Italia, en medio de un lugar que no solo es reconocible por sus hermosos paisajes, y la mafia sino también porque es puerta de entrada de las corrientes inmigratorias provenientes de Medio Oriente y el norte de África dando lugar al asentamiento clandestino de miles de personas en estado de precariedad económica y habitacional.

No obstante ello, no estamos ante un film coral sino ante una historia de crecimiento personal, la de Pío, un adolescente que debe crecer, hacerse un hombre como consecuencia que tanto su padre como su hermano son llevados presos por la policía, dado que son agarrados infraganti en un robo de autos. Cabe agregar que la mayoría de los gitanos pobres que viven en la zona se dedica al robo de autos para revender las autopartes.

El film es también una historia de encierro, la de un joven que no puede escapar a su destino. La de alguien que sabe que tiene que ayudar a su familia y dada su juventud, es incapaz de salir de su encierro familiar.

Y es también una historia sobre la amistad y la traición, de la incapacidad de sostener una amistad, de recibir ayuda y principios de vida que nunca podrá llevar a la práctica porque vive encerrado en una familia en la cual se deben respetar costumbres ancestrales. Es también la descripción de un pequeño mundo donde las mujeres solo existen para atender la casa y al hombre, y los hombres para ganar el pan nuestro de cada día, cualquiera sea su forma.

Carpignano recrea esta pequeña historia y la hace grande siguiendo el devenir de Pío, a quien sigue con su cámara con disciplina y la rigidez necesaria como para describir a un adolescente que no solo vive las cuestiones propias de su edad sino también se ve necesitado a crecer de golpe.

Contada con cámara en mano con un registro de tipo documental, Carpignano va sumando anécdota tras anécdota personal y familiar para poder armar un momento en la vida, la adolescencia, de un personaje real víctima de los mandamientos familiares.

Los resultados son más que positivos. Si bien La Ciambra es un film lento en su principio, se va afianzando en la medida que su personaje principal va cobrando cuerpo y entidad dramática, a la vez que va concentrando sobre si la mayor parte de la anécdota que se desarrolla . Si bien el objetivo inicial de Carpignano pareciera ser la pintura de toda una comunidad, con dedicada paciencia narrativa va quedando delineado su personaje principal, el cual va asumiendo un protagonismo absoluto  a partir del cual su película se transforma en un documento notable sobre la inmigración descontrolada, la falta de oportunidades, la falta de adaptación a las nuevas costumbres y la inevitable marginalidad a la que son condenados millones de refugiados que solo aspiran a tener una vida mejor.

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